Los griegos buscaban inspiración en las musas, otros buscaron la belleza artística en un plano más cercano a su andar, pintores como Van Gogh tomaban de modelo sillas, zapatos o su propia habitación como tema central de sus lienzos, por otra parte hubo quienes vieron en los cielos despejados y borrascosos una fuente de gran belleza y complejidad.
Por lo cual cada autor con su toque personal dota a la esponjosa protagonista de un carácter amable a la vista o una imponente presencia. La imaginación, es la herramienta principal que crea el interés en un fenómeno natural producido por cristales de nieve o gotas de agua que se encuentran suspendidas en la atmósfera. De ahí que sea un placer lúdico encontrar formas en las nubes, señalar si parecen un animal, una persona o una combinación de la cual sólo quien describe es quien sabe a ciencia cierta que es.
Estos hidrometeoros, por sus propiedades de refracción de la luz toman un color blanco, y cuando el ángulo de la luz del sol cambia, se tornan de colores rojizos, así que dan pie creaciones coloridas tanto en el cielo como en el lienzo. Para 1800 se dio un auge en la pintura de paisajes, que de hecho incluye los cielos nubosos como fondo y parte central del lienzo. En Holanda encontramos paisajista expertos, que hacen de las nubes una gala de texturas a la vista del espectador, recrean no sólo condiciones climáticas dentro del marco de la obra, sino toda una secuencia de emociones representadas en formas y colores.
Por estas razones, pintores como Jacob Van Ruisdael conduce los efectos de la luz sobre arboles añosos y nubes por demás realistas, de la misma manera Jan Van Goyen un paisajista con bellas obras donde resalta en fondo encapotado presagiando una tormenta "Molino de viento junto a un río" es un óleo que se encuentra en la Galería de Londres, en el cual el realismo y contraste entre en suelo y el cielo forman un conjunto digno de admirar ya que se complementan de manera armoniosa el semi-obscuro río, el suelo amarillo y las nubes asemejan la ilusión de movimiento suave dentro de la obra. Simón de Vlieger es otro pintor holandés cuya obra "Holandeses guerreros y diversos barcos al viento" es una ventana de una vista marina con un cielo claro pero nublado cuya técnica evoca una mañana fresca. Otros cielos, que muestran un frenético movimiento son los que pinta Van Gogh, el vai-vén de las pinceladas hacen de esta obra una muy energetizada imagen de una blanca nube que da la impresión de reventar, el constante movimiento entre las nueves y el trigo de "Trigal con montañas al fondo" induce a preguntar ¿Cuál es el atractivo de dicho elemento en las pinturas?
Afirmar que sólo es parte del paisaje sería tomar incompletas las razones, simbólicamente las nubes aluden al misterio. La curiosidad del ser humano que trata de conocer aquello que le resulta enigmático o apropiarse de aquello que es inalcanzable. También aportan al paisaje un clima positivo e incluso idílico en el contexto de la obra.
Puede haber cientos de explicaciones a este afán de incluirlas en la expresión que se hereda a la prosperidad, sin embargo en Viena en el Leopold Museum se encuentra una exhibición en la cual han reunido obras de los autores mencionados, así también de Klimt, Monet, Cézanne, Warhol, entre otros, que como muchos hacen homenaje a la creatividad plasmando en pintura y fotografía. En fin, quedarse mirando el mismo cielo, para alcanzar a percibir aquello que una persona vio y cristalizó con pintura, es parte de la empatía que muestra el ser humano con las emociones de los demás y las propias.