Cuanto se dijeron los panistas entre sí es nada ante la cascada de insultos publicados al margen de notas informativas de su Consejo Político. Para seguir al frente del PAN, Gustavo Madero soportó duros reproches, entre otros el de firmar el Pacto por México armado por el gobierno priista.
En un documento del CEN blanquiazul se reconoce que en 12 años de ejercicio del poder, los panistas se contaminaron de vicios como clientelismo, autoritarismo y corrupción, sin lograr desmantelar al viejo régimen autoritario, el del PRI.
En su autocrítica lapidaria, el panismo advierte que de 16 millones de votos obtenidos en el año 2000 (cuando Vicente Fox proclamó el cambio) cayeron a 13 millones en la elección de 2012. Ahora los quieren recuperar con simpatizantes y eliminar a los adherentes.
Ellos, los panistas, lo dicen: de 17 estados que han gobernado de 1989 a la fecha, sólo mantienen cuatro con mandatarios panistas y tres en alianza con el PRD. Esto obliga al PAN a modificar el rumbo, indicó la Comisión de Evaluación y Mejora albiazul.
En dicho Consejo Nacional fue pasado por alto el resultado panista de su reciente reafiliación, la cual indicó que de 354 mil 461 presuntos militantes descendió a 205 mil 133 y de 1 millón 514 mil 106 adherentes cayó a 163 mil 220. Reconocen, de plano, que su partido no es de masas y pretenden otra vez el cobro de cuotas a los militantes.
A GUSTAVO MADERO le llovieron críticas porque llevó a cabo ese recuento, sin consultar a consejeros del partido y después, asustado con el fantasma que él erigió, trató de lavarse las manos mediante supuestos ataques del PRI al panismo.
Durante el acto del sábado con duración de diez horas, en el cual guardó silencio la excandidata presidencial, Josefina Vázquez Mota, fue creada una comisión de seguimiento al gobierno priista con participación de legisladores y especialistas del PAN para analizar acciones y señalar yerros.
Así quieren Madero y su séquito convertirse en fiscales de Peña Nieto, y de paso condicionan su presencia en el Pacto por México. Ni tienen facultades para ese seguimiento y a ellos nadie les impidió hacer y deshacer en la administración pública en 12 años de pesadilla.
Se duelen por la caída al tercer lugar en el escenario político y porque el PRI se hubiese negado a aprobar las reformas estructurales en términos de capricho. Ahora pretenden el desquite y presume Luisa María Calderón, hermana de Felipe, que el PRI necesita apoyo del PAN.
Los calderonistas asistentes a dicho Consejo se vieron distantes entre sí, y es claro que Gustavo Madero los va a derrotar en las próximas elecciones para renovar a los cuadros directivos. Ambos bandos soslayan la situación de desastre del partido y, dicen, "vamos a salir fortalecidos".
A Madero lo tacharon de incondicional del PRI, los calderonistas, pero ellos callaron los desastres en seguridad, desempleo e ínfimo crecimiento económico durante el gobierno pasado. El dirigente aguantó callado.
No se recuerda que un partido haya recibido insultos tan denigrantes como los aparecidos anteayer en algunos medios, al final de las informaciones del blanquiazul. Corruptos y bandidos fue lo menos que se les escribieron. Ni López Obrador recibió tantos agravios cuando ocupó Paseo de la Reforma.
AHORA DISPONGÁMONOS A ver el inicio del combate al hambre, emprendido por el presidente Enrique Peña Nieto, en zona del EZLN de Chiapas, acompañado de su gabinete. Salvar de esa situación de angustia y desesperanza a cientos de miles de mexicanos es tarea mayor, propia de romanos.
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