Treinta y tres millones de pesos
costará el electoral proceso,
para renovar a los municipales
y a los legisladores delCongreso;
pregunta: habiendo tantos males,
¿qué haría la autoridad con todo eso?
Una millonada se eroga en elecciones
no hay dinero, dicen, para otras acciones:
servicios públicos más eficientes,
de agua potable, abasto suficiente,
alumbrado público sin “apagones”
reparación de pavimento; más limpieza,
¿y la inseguridad? ¡Por ahí se empieza!
Embellecer ParqueMorelos, Plaza de Armas,
y elMercado José Ramón Valdés
atendido, con cuidados, ¿y las palmas?
del boulevard Alemán Valdés?
tenemos que decirlo otra vez:
¡yano se anden por las ramas,
sirvan ya, a la una, a las dos y a las tres!
“Mi candidato”, ya presidente, síndico o regidor
(ponga el nombre que guste, amable lector)
atenderá de los electores su justo clamor,
“por su vocación, su talento y juventud”
y habrá de solventar la inquietud
¡que hoy le plantea exigente la multitud!