Escuelas, clínicas y hospitales
están a merced del vandalismo,
según dicen las propias autoridades
que ven la situación con pesimismo.
Profesores, médicos y estudiantes
exigen, con razón, más seguridad,
condiciones que sean estimulantes
para cumplir su responsabilidad.
Saquean y desmantelan oficinas,
Asaltan a los alumnos a pleno día,
Roban micrófonos, radios y “bocinas”;
Por eso piden que actúe la policía.
La sociedad se tiene que solidarizar
con la demanda de estos sectores
y con decisión y valentía, apoyar,
el clamor de enfermeras y doctores.
Proteger a nuestras instituciones
es tarea y deber de todos,
asumir con entereza decisiones;
no “desde la barrera, ver los toros”.
La salud y la educación son derechos
que tenemos los ciudadanos,
reconocidos por la Constitución;
demostremos, pues, en los hechos,
para ser hombres libres y sanos,
¡que merecemos tal protección!