El primer ministro de Turquía se reunía la madrugada del viernes con manifestantes antigubernamentales, horas después de lanzar una "última advertencia" para que que desocupen el parque contiguo a la plaza Taksim de Estambul, movilización que ha desatado la mayor crisis política en los 10 años que ha estado en el cargo.
Si fracasan las conversaciones, parece cada vez más probable que la Policía intervenga para desalojar a los miles de manifestantes que llevan dos semanas acampando en el Parque Gezi.
Mientras el primer ministro Recep Tayyip Erdogan mantenía las conversaciones en la capital, Ankara, el gobernador de Estambul sostenía una reunión de medianoche con cualquier manifestante que se le quisiera unir en un café cercano a la Plaza Taksim, y prometió consultarles "hasta la mañana si es necesario" sobre la solución a la sentada del Parque Gezi.
"Espero que esta reunión envié un mensaje a los jóvenes de diferentes edades en el Parque Gezi... estamos intentando terminar este tema sin tener que intervenir", dijo Huseyin Avni Mutlu a la prensa cuando entraba al lugar. Aun si se alcanzara un acuerdo eso no garantizaría que se levante la protesta. Aunque Solidaridad Taksim, dos de cuyos miembros se reunían con Erdogan, ha surgido como el grupo de mayor notoriedad entre los que ocupan el parque desde mayo, no representa a los miles que acampan en el lugar.