Manuel Alejandro, de 30 años de edad, de oficio electricista, pero desempleado en la actualidad, salió de su casa con cable eléctrico y pedazos de tubería de cobre, menos de un kilo y se dirigía a un local de compra-venta de fierro viejo, ya que pretendía comprar algo de pollo para la comida, cuando lo detuvieron los agentes de la Policía Estatal y ahora le cobran diez mil pesos para liberarlo en la Agencia del Ministerio Público.
La madre de Manuel Alejandro manifiesta que ahora a su hijo le achacan otros ocho robos de tubería de cobre desde febrero a la fecha, pero en ese tiempo él trabajaba en la construcción del Cefereso de Gómez Palacio, como electricista y lo despidieron en mayo pasado.
"Él se iba a trabajar desde las seis de la mañana y regresaba ya muy tarde y cansado. ¿Cómo iba a andar robando, a qué horas si se la pasaba en el Cefereso y seguido trabajaba tiempo extra para sacar un poco más de dinero?, dice la madre del detenido.
La esposa de Manuel Alejandro cuenta que ya lo vio y le dijo que lo habían golpeado mucho en el abdomen y las costillas, además de ponerle la "chicharra" en los brazos. Con insultos le decían que confesara y para que ya no lo siguieran torturando, les dijo que les firmaba lo que quisieran y de esa forma lo dejaron de golpear.