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Es tarea de romanos frenar a los infernales 'micros' y a las gaseras

En la línea

Félix Fuentes

A ese paso, Miguel Ángel Mancera no va a cumplir su palabra de desaparecer en su sexenio a los microbuses en la ciudad de México.

El 3 de mayo pasado inició el retiro de vehículos en mal estado para el transporte público y al cabo de cuatro días, cuando ya estaban suspendidas 251 unidades, fue anulada esa operación.

Fue un fugaz alivio para la población capitalina esa suspensión de microbuses chatarra, pero se impusieron las mafias del transporte y hubo lloriqueos de algunos choferes que pretextaron falta de dinero para el arreglo de sus vehículos. Dijeron que sus hijos se quedarían sin comer durante el tiempo de las reparaciones. Pobrecitos.

De los 35 mil "micros" que como demonios circulan en el DF, 37.5% se relaciona con al menos un accidente por año y sus conductores, algunos menores de edad y sin licencia de manejo, corren por cualquier carril de calles y avenidas, incluso en vías rápidas del Periférico y el Circuito Interior.

Durante decenios, en particular en el sexenio de Marcelo Ebrard, los choferes de "micros" no fueron infraccionados. Esto por el alto grado de corrupción en ese medio.

Lo han visto y padecido los usuarios de esos vehículos de signo mortal. Mucha gente ha sido arrollada y muerta a causa de los irresponsables cafres y éstos quedan libres por los arreglos entre líderes de las rutas y titulares de la Secretaría del Transporte y Vialidad.

Los choferes, casi todos con ropa sucia e incapaces de ser atentos con el público, levantan pasaje en cualquier punto de las calles o se detienen eternidades en los cruceros, en espera de usuarios. Nadie los obliga a circular en orden.

También se apoderan de espacios públicos o los usan de "paraderos", como el localizado frente a la embajada de Cuba, en Polanco.

El pasado 26 de marzo fue firmado un convenio entre la Secretaría del Transporte y Vialidad con líderes de los "micros". Se les autorizó el aumento de un peso por pasaje, a cambio de arreglar sus unidades. Recibieron el incremento y lo otro fue flor de un día.

Debido al caos terrífico decidió poner orden el Instituto de Verificación Administrativa del DF, encabezado por Meyer Klip Gervitz. Eso se acabó el 7 de mayo pasado. Cuatro días bastaron para inmovilizar a 251 unidades chatarra.

El personal de Gervitz encontró "micros" con escapes humeantes, llantas lisas, parabrisas rotos, pisos hundidos, asientos despedazados, carrocerías destartaladas y cubiertas de publicidad comercial. Es el enorme desastre vehicular a causa de los vicios acumulados en lustros.

Es para echar a la basura o incinerar a la mayor parte de ese carcachismo y disciplinar a los choferes, de modo que no manejen los menores de 23 años, porten ropa limpia y se les obligue a respetar cada reglamento de tránsito.

Es tarea de romanos para el Instituto de Verificación eliminar a los microbuses que tanto auge cobraron en el régimen del hoy senador ¡de izquierda! Manuel Camacho Solís. Pero el régimen de Miguel Ángel Mancera otorgó otra prórroga a los cafres y sigue lo mismo: calles ensangrentadas y anarquía total.

ASÍ MANEJAN, IGUAL que los microbuseros, los choferes de pipas transportadoras de gasolina, gas doméstico y otros combustibles. Tampoco nadie los pone en orden y por ello suceden tragedias tan dolorosas como la de Ecatepec, al cabo de la cual todo sigue igual.

www.felixfuentes.com.mx

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