Nick Vuijic impartió una plática en el Coliseo del Centenario de Torreón.
La esperanza es todo, pero no se puede comprar. Y en una región como La Laguna, la esperanza significa la forma de salir adelante y vencer a las adversidades, a la inseguridad, a la violencia.
En su mensaje a los laguneros, Nick Vujicic dijo que las cosas hermosas pueden salir de los pedazos rotos, sin importar los problemas que cada persona enfrente.
Aún falta una hora para la conferencia pero las filas en el Coliseo ya son largas. Niños, jóvenes, adultos mayores, empresarios, amas de casa, estudiantes, gente con discapacidad, todos quieren ver a Nick Vujicic y escuchar su mensaje de esperanza, de motivación.
Las taquillas siguen vendiendo boletos, están a punto de agotarse. En la fila hablan de la energía que proyecta Nick, de la fuerza de su espíritu, de lo mucho que ha podido lograr a pesar de no tener brazos ni piernas.
-Nick es un ejemplo de superación, quiero que lo tomen como ejemplo, para que vean que no hay límites más que los que se pongan ustedes mismos-, dice un señor a sus dos hijos adolescentes.
-Nick ha sufrido y se repuso, y es una persona de bien, eso es lo que debemos aprender en La Laguna, es lo que más nos hace falta en estos momentos.
Vujicic inicia la conferencia con anécdotas divertidas, comparte bromas y experiencias con el público. Las carcajadas hacen que vibre el Coliseo, que está prácticamente lleno.
Nick habla de la necesidad de encontrar esperanza en cada aspecto de la vida, pues la vida sin esperanza no lleva a nada y, por el contrario, hace que todo sea más complicado.
Los asistentes se sienten identificados con las historias de Nick. Entre el público está el pequeño Ángel Rangel, de seis años, quien acudió con su madre, Marisol Caro. Ellos son de Matamoros e hicieron un gran esfuerzo para ir, pero no podían perderse la conferencia, pues el menor tiene la misma discapacidad que Nick y para su mamá era muy importante que lo conociera.
La gente escucha atenta y, cuando concluye, se retira ilusionada, hay un ambiente cálido a la salida del Coliseo.
-Tenemos que salir adelante, claro que sí, podemos encontrar la forma-, dice un joven a sus amigos.
-Sólo hay que creer-, responde otro.
