Lucha. Una niña palestina de la Yihad Islámica camina junto a varios militares durante una protesta en el campo de refugiados de Rafah, al sur de la Franja de Gaza, el 24 de octubre de 2013.
La idea de crear un Estado palestino independiente continúa despertando sentimientos encontrados, y no sólo en Israel, aunque claro está que en territorio israelí, las reacciones son más álgidas.
Por un lado, suele destacarse que hace ya mucho que la pregunta dejó de ser si acaso habrá un Estado palestino, y pasó a ser cuándo será fundado. Por otro, hay sectores que ven en el Estado palestino un símbolo de nuevos peligros para Israel. Eso va equilibrado, sin embargo, con las posturas de aquellos que dicen que no habrá paz sin un Estado palestino independiente, aunque se necesitarán otras piezas en el mosaico para que esa paz sea alcanzada.
Lo que parecía un tanto difícil de evaluar en forma ordenada era en qué incidiría la creación de un Estado palestino, en qué esferas influiría su existencia, tomando en cuenta a los distintos protagonistas: los israelíes, que se retirarían de los territorios en los que será creado el Estado palestino, y las distintas partes del pueblo palestino.
Hace pocos días, por primera vez fue publicado un exhaustivo análisis internacional en el que expertos israelíes, palestinos y jordanos examinaron distintos elementos en el terreno, que a su criterio incidirán directamente sobre las partes involucradas al crearse un Estado palestino. Pensando en "el día después", lo que sucederá al firmarse un acuerdo entre Israel y la Autoridad Nacional Palestina, expertos de las tres partes se reunieron bajo los auspicios de la Unión Europea, la Fundación Konrad Adenauer de Alemania y el Centro para Diálogo Estratégico del Colegio Académico Netanya, en Israel.
El primer escenario trazado por los expertos ha resultado alentador, pues consideran que un futuro Estado palestino incidiría en prosperidad económica, educación por la paz y reducción del costo de vida.
El modelo de Estado que los expertos en cuestión vaticinaron es uno erigido en las fronteras del 67, o sea en los territorios conquistados por Israel en la guerra de los Seis Días en el frente jordano, con Jerusalén oriental de capital.
La primera buena noticia, por ahora, sólo en el análisis, fue leer el vaticinio: el Estado palestino será secular y democrático. Además, facilitará la reconciliación entre Al Fatah y Hamas, que se convertirán en partidos políticos que regirán sus asuntos con votaciones democráticas. Eso, inevitablemente, llevaría a una posición más moderada que la actual de parte del grupo integrista islámico Hamas, que gobierna la Franja de Gaza, lo que sería clave ya que Hamas está en el poder en dicha zona desde hace ya más de siete años y ello no parece a punto de cambiar. Podría crearse una organización de cooperación de seguridad en la zona, basada en los principios de la OTAN, que debería lidiar con amenazas en la zona, como es el terrorismo.
El tema de los refugiados aparece en forma clara en el futuro escenario, según los expertos, como uno de los grandes temas que habrá sido resuelto, dado que un Estado palestino podría servir como canal de sus aspiraciones nacionales, lo que resulta particularmente interesante para todos aquellos países en los que residen refugiados palestinos.
Uno de ellos es Jordania, donde un altísimo porcentaje de la población es palestina, junto a los beduinos locales, aunque se trata del país donde los refugiados mejor han sido integrados.