Construido a cuatro mil 581 metros sobre el nivel del mar, en la cima del volcán Sierra Negra, el Gran Telescopio Milimétrico Alfonso Serrano es el proyecto científico más importante en la historia del país. (ARCHIVO)
A partir de este mes, el Gran Telescopio Milimétrico (GTM), Alfonso Serrano, localizado en Tonantzintla, Puebla, contará con un sistema de 336 actuadores que permitirán posicionar con mayor precisión y controlar de manera individual cada uno de los 84 paneles que integran su superficie.
El director general del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), Alberto Carramiñana, señaló que el sofisticado sistema de actuadores coloca al GTM como el único telescopio en el mundo que posee una superficie activa, con capacidad para moverse de manera inteligente, operando en la banda de un milímetro.
“Se trata de un conjunto de dispositivos con la capacidad de ajustar con precisión de milésimas de milímetros la posición y orientación de cada uno de los segmentos, de tal forma que la radiación que recibe el telescopio se enfoque con exactitud”, indicó.
Con el mencionado sistema se podrán corregir las diminutas variaciones de posición entre los paneles que surgen durante los cambios de elevación del telescopio, ocasionadas por el peso de una estructura que alcanza en su totalidad las mil 500 toneladas.
El control activo de la superficie del GTM brindará a los científicos la posibilidad de acceder a todos los puntos del cielo por encima del horizonte, lo cual hará posible también el desarrollo de proyectos de investigación más amplios y ambiciosos, dijo, a su vez, David Hughes, director e investigador principal del GTM.
El desarrollo del sistema de control de los actuadores se realizó en las instalaciones del INAOE, y con el personal del instituto, para lo que se requirió una inversión aproximada de cinco millones de pesos.
Construido a cuatro mil 581 metros sobre el nivel del mar, en la cima del volcán Sierra Negra, el Gran Telescopio Milimétrico Alfonso Serrano es el proyecto científico más importante en la historia del país, todo de acuerdo con un comunicado del instituto.
Se trata de un radiotelescopio que opera con una antena parabólica de 50 metros de diámetro, la más grande del mundo, en cuya construcción y operación han invertido alrededor de 180 millones de dólares.
En mayo pasado el GTM dio inicio a su primer periodo de observaciones científicas, y durante las próximas semanas abrirá su convocatoria a la comunidad astronómica nacional para un segundo periodo de observaciones.
