El Observatorio Metropolitano Integral de la Laguna es una asociación civil integrada por ciudadanos de la Comarca Lagunera de ambos lados del Río Nazas, que se propone hacer trabajos de evaluación del desempeño de los tres niveles de gobierno en la región, en su parte tanto de Durango como de Coahuila, con el objeto de hacer recomendaciones que sirvan para construir gobiernos más eficientes y dignos de confianza.
OBSERVA MI LAGUNA, como se abrevia el nombre de la asociación, es un organismo no gubernamental auspiciado por la Fundación Internacional para el Desarrollo de Gobiernos Confiables, que funciona mediante procedimientos que permiten obtener, clasificar y evaluar información, por medio de herramientas estadísticas prácticas, relativamente sencillas, certificadas por la norma internacional de calidad ISO-IWA-4, la primera que se concede a nivel mundial, a una entidad dedicada a la observación del desempeño del gobierno.
El trabajo del organismo en comento, consiste en recabar información del quehacer público y su impacto sobre la calidad de vida de los ciudadanos y a partir de ello, observar, evaluar y hacer recomendaciones a los gobiernos, bajo un paradigma de mejoramiento constante.
El Observatorio ofrece sus servicios en el ambiente local, con el objeto de fortalecer la relación sociedad estado en las instancias de gobierno más cercanas a los ciudadanos.
La Fundación ha desarrollado una metodología para observación, en la que la ciudadanía tiene una participación proactiva y propositiva en relación a treinta y nueve ejes temáticos entre los que se incluye la calificación de los servicios y la obra pública, la atención a la salud, el respeto al medio ambiente, el estado de derecho, etcétera, que son calificados en virtud de un semáforo de tres luces según el problema esté resuelto, en proceso de resolverse o no esté atendido, lo que constituye un criterio que fomenta la transparencia e impide el disimulo y la falsificación.
La Secretaría general de la Fundación a nivel internacional es a cargo de Carlos Gasden Carrasco, y la presidencia del Observatorio Regional en la comarca, ha recaído sobre Gabriel Aguirre Barousse, ciudadano comprometido con la mejores causas de la región lagunera y valioso entre otras cosas, por ser un elemento cuya trayectoria combina el ejercicio académico, la experiencia empresarial y el servicio público, lo que hace propicio que su desempeño pueda operar como un vértice en el que confluyan los factores sociales involucrados en la tarea a cumplir.
Las herramientas que se emplean en la actividad referida y los resultados a conseguir, son útiles tanto para los gobiernos comprometidos con la transparencia y el mejoramiento de su propio desempeño, como para los ciudadanos y asociaciones cívicas que quieran hacer de ellas, base de exigencia frente al poder público.
Una de las claves principales de nuestra inmadurez como sociedad política, reside en la falta de articulación entre gobernantes y gobernados. La experiencia muestra por una parte que el gobierno no puede resolver por sí solo todos los problemas de nuestra vida pública sin el apoyo de la comunidad y por otra, que para que rinda frutos la participación ciudadana, es necesaria una disposición de escucha, apertura, transparencia y rendición de cuentas por parte de los gobiernos.
En ese sentido el respeto al derecho a la información por parte de los gobiernos, es palanca y punto de apoyo de la observación ciudadana, porque de dicho respeto depende que fluyan los datos que son materia prima del proceso, hasta su evaluación. El resultado exitoso del trabajo que inicia el Observatorio Ciudadano cuya incipiente labor es objeto de comentario, depende en gran parte del esfuerzo que sean capaces de realizar sus promotores, pero también de la apertura de los gobiernos locales y del apoyo que reciban de la ciudadanía en su conjunto. De esta combinación de factores dependerá que el trabajo de observación y evaluación rinda frutos, o se pierda en la turbia opacidad de los gobiernos o en la reacción adversa de una sociedad que por sentirse desatendida, puede fluctuar entre los extremos estériles del arrebato y la apatía.
