Es indiscutible que el mundo está cambiando y los positivistas piensan que es para bien, aún cuando tengamos evidencias del alto costo, en términos de salud social e individual.
Hoy día, las familias están enfrentando nuevos conceptos de orden y convivencia, lo que llaman rejerarquización de valores. La necesidad de mayores ingresos exige que muchas parejas deban trabajar y alejarse del hogar y sus crías; la misma reorganización urbana, ha creado espacios de servicios especializados, alejados de las zonas habitacionales, dejando a los muchachos libres y solos, expuestos a influencias negativas.
Al respecto, Francis Fukuyama, politólogo estadounidense, desde el siglo pasado denunció el hecho, haciendo ver que los " ojos vigilantes", -del carnicero, el tendero y los mismos vecinos- han dejado de prestar atención al comportamiento de los jóvenes y la presencia de ajenos, al reubicar sus negocios alejándolos del barrio; todos ellos vigilaban la vida cotidiana y el desenvolvimiento de los vecinos, así como la presencia de extraños.
Al sumar el avance del individualismo y el retroceso en las enseñanzas de los valores ético-morales, la evolución hacia el cambio se complicó un poco más. Considere que la televisión, la Internet y la telefonía celular, han desplazando a los medios tradicionales, como "nanas sustitutas", altamente permisivas y en muchas ocasiones deseducadoras.
De entre todos, los jóvenes y los infantes están pagando el precio del cambio, en términos de calidad de vida y consecuentemente patologías psicológicas y hasta físicas. Los datos aportados por los profesionales evidencian el daño.
Así, María Elena Medina Mora, directora del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, declara a un periódico capitalino que: "la violencia, los secuestros y que la gente fuera testigo de agresiones y muertes, así como el consumo de drogas ilegales, provocaron un incremento de 30 por ciento en la prevalencia de enfermedades mentales".
"Los suicidios -continúa diciendo- cuya frecuencia se duplicó entre 1990 y 2011, entre los jóvenes de 15 a 19 años, fue de casi el triple, al pasar de 4.9 a 13.6 por ciento", haciendo notar que el presupuesto para atender la salud mental -s→ → olo el 2 % del asignado en lo general-, es a todas luces insuficiente. Ratifique el dato, recordando que nosotros no contamos con ningún centro de atención mental especializado.
Katia D'Artigues, editorialista del Distrito Federal, investigo las estadísticas sobre suicidios, encontrando que la Red por los Derechos de la Infancia, en noviembre de 2012, denunció que la violencia contra la población menor de 18 años se incrementó alarmantemente: para 2006, aumentó de 37% a 60% y en 2010, siete de cada 100 adolescentes fallecidos, de 15 a 17 años, murieron por arma de fuego.
Otro estudio denominado "La violencia juvenil en México. Reporte de la situación, el marco legal y los programas gubernamentales", presentado en junio de 2012, por el Banco Mundial, informa que los homicidios por arma de fuego entre niños y jóvenes de 10 a 29 años, pasaron de mil 829 en 2007, a cinco mil 106 en 2009.
Un reporte hecho por la Red por los Derechos de la Infancia, dado a conocer en noviembre de 2012, denuncia la violencia contra la población menor de 18 años, que se ha incrementado en porcentajes increíbles: de 0 a 17 años de edad, la mortandad aumentó casi al doble: de 2006 a 2010, de 37% pasó al 60%.
Con esas estadísticas, es evidente que se transforma en ineludible planear y ejercer acciones eficaces para combatir el daño; las autoridades, hasta ahora, se muestran desesperantemente ineficientes, incluyendo policías municipales, estatales, federales y al ejército mexicano: todos tendrán que ser mayormente efectivos en el asunto, a fin de contener los casos de mortandad y morbilidad por causa de la violencia, que se incrementa constantemente. ¿No le parece?
El acoso, -bulling - es otra forma de violencia y también está al alza, sin encontrar remedios eficaces y la razón es simple: no hay suficiente compromiso de acción por parte de autoridades, educadores y/o los adultos padres de familia.
La estadística mexicana, dice que, para el caso de Bulling, México ocupa el primer sitio a escala internacional en el número de casos en nivel secundaria (OCDE); siete de cada 10 niños y jóvenes lo han sufrido en alguna etapa de su vida escolar (ONU 2007); conforme a las denuncias recibidas, 60% es de mujeres agresoras (Fundación en Movimiento A.C.).
En tanto no pongamos atención al problema, como lo denunció la directora Medina Mora, la violencia y sus estragos serán cada vez más graves, alterando el comportamiento humano.
Preocupante pensar que las autoridades -por incapacidad o inconveniencia- no se esfuerzan en contenerla. Otro caso de grave descuido profesional.
Trabajar en nuestro medio familiar y social e insistir en que las autoridades hagan lo propio, es compromiso de todos.
¿Acepta?
ydarwich@ual.mx