Protesta. Miles de trabajadores del sector salud en Madrid salieron a las calles para protestar por la privatización del sector salud.
Miles de trabajadores del sector de la salud se manifestaron el lunes en Madrid para protestar contra las medidas de austeridad gubernamentales y los planes de privatizar parcialmente el sistema nacional de cuidados médicos.
La manifestación es la más reciente de varias llamadas "mareas blancas" debido al color de la vestimenta que usan muchos de esos profesionales. Los manifestantes desfilaron tras un amplio cartel que proclamaba "la sanidad no se vende, se defiende".
Mónica García, portavoz de la Asociación de Facultativos Especialistas de Madrid, que inició la marcha, dijo que su organización seguirá protestando por la "pérdida de nuestra salud pública, una herencia nacional que nos pertenece a nosotros y no al gobierno".
Agregó que el Gobierno regional está tratando de "obtener beneficio económico" de un sistema en el que no ha invertido.
El sistema sanitario y la enseñanza son administradas actualmente por las 17 comunidades autonómicas españolas, no por el gobierno central.
Muchas regiones sufren financieramente luego que España volvió a caer en recesión, después de que no se pudo recuperar de la crisis en el sector inmobiliario en 2008. Algunas regiones que gastaron de más en los buenos tiempos ahora son incapaces de obtener créditos en los mercados financieros para saldar sus deudas enormes, lo que las obliga a hacer recortes e incluso pedir ayuda al gobierno central.
La comunidad de Madrid ha propuesto vender la gerencia de seis de sus 20 hospitales públicos y 27 de sus 268 centros de salud. Argumenta que necesita arreglar las finanzas regionales y asegurar los servicios de salud.
El Gobierno español sostiene que esas ventas y las reducciones de gastos son necesarias para asegurar la debida cobertura durante una profunda recesión.
El doctor Agustín Reverte, de 31 años, opinó que las privatizaciones ocasionarán menos pruebas de diagnóstico en los pacientes, quienes se verán afectados por menos personal médico y una reducción en la calidad del servicio.
"Quienes están en el gobierno tienen dinero, por eso no les importa si tienen que pagar por la salud", dijo Aurora Rojas, una enfermera de 55 años. "Pero los demás sólo tenemos un salario regular que no puede pagar un tratamiento decente", agregó.
