Siglo Nuevo

Expertos en marihuana. ¿Y el alcohol y el tabaco, apá?

NUESTRO MUNDO

Expertos en marihuana. ¿Y el alcohol y el tabaco, apá?

Expertos en marihuana. ¿Y el alcohol y el tabaco, apá?

Fidencio Treviño Maldonado

Mareado por el humo y el alcohol, esperé el amor que nunca llegó.

Tango uruguayo

Pasa un terremoto en alguna parte del país y de pronto todos los comunicólogos son expertos; lo mismo sucede cuando hay elecciones, todos son expertos en economía, en educación y sindicalismo. Total, en el tema que esté de moda en México o el mundo. Hasta los legisladores dan su chata opinión sobre lo que esté aconteciendo.

Pues por ahí el señor Obama fue reelegido presidente de la nación más poderosa del mundo y ya en algunos estados de la Unión América se legalizó la venta de marihuana, hasta clubes para fumar mota se han establecido y así como hace años en países de Europa ya se puede comprar en boticas (una onza, aproximadamente 28.4 gramos). Mientras ahí de un plumazo se decreta esta ley en México no, tiene que pasar por cientos y miles de consensos, ser escrita cientos de veces y corregida miles, pasar por las diferentes cámaras, y al fin se rechaza. El 99.9 por ciento de quienes la rechazan nunca la han fumado, es más, el 45 por ciento ni la conoce, sólo en fotos o en la televisión. Legalizar la marihuana es cuestión social y de dinero más que de salud, ya que el tabaco y el alcohol sí están legalizadas y son causantes de más muertes que en todas las guerras habidas y por haber, aunado a lo que los legisladores y todólogos comentan que al sector salud le cuestan mucho los estragos de estos dos productos.

El alcohol y el tabaco son drogas y los hospitales y carreteras son testigos de cómo día con día cobran más vidas que el actual conflicto de los países islámicos y que la guerra del narco en México. El alcohol se quiere prevenir con anuncios bobos, con exámenes y alcoholímetros, cuando la verdadera prevención sería prohibir su venta. Esto, claro, mataría a miles de trabajadores en la industria vinatera y tabacalera. Entonces es mejor recabar dinero por los altos impuestos y dejar al garete a miles de borrachos libres en las calles con la máquina de matar llamada automóvil, o llenar los hospitales con millones de enfermas de cáncer provocado por el tabaco.

Aún resuenan en los sótanos de palacio algunos mojigatos arrepentidos y en su agenda no aparece la legalización de la marihuana, aquella que se nombraba en una canción muy popular. Cada vez que el tabaco entra en polémica, el único camino es el pensamiento obtuso de nuestras autoridades de salud y economía: aumentar el precio y poner un anuncio que nadie lee en algún lugar de la cajetilla. Incluso los millones de paquetes de cigarros piratas que olímpicamente se venden más baratos, traen mejor leyenda sobre el uso o abuso de este producto. Otra: cuando ocurre un grave accidente carretero por motivos del alcohol es recurrente poner retenes para revisar a los choferes y ahí termina la labor de las autoridades.

Sobre la mesa de la discusión y no del debate está la marihuana. Ya se limpia la gaveta donde quedará sólo el discurso de la legalización, ahí dormirá el sueño de los justos y hasta que regrese “un romance de lobos” y estos con alguien que comande la manada comienzan a aullar y entonces otra vez a desempolvar los estantes y a renovar la polémica de legalizar la mota, doña Juanita, la yerba.

El alcohol sigue siendo el peor amigo/enemigo del hombre, ha causado más muertes que todas las pestes y presentes están sus daños colaterales, destruye más hogares que las bombas, así sean bebedores sociales o alcohólicos. No es vicio, es enfermedad, sin embargo parece que el alcohol viaja paralelo a la vida misma del país, en las canciones, los festejos, nacimientos y decesos, se festeja y llora con él. En las llamadas bohemias y hasta en la ponderación cuando de ver y demostrar la hombría con la estupidez de muchos gilipollas o pelotudos para saber quién ‘aguanta’ más tomando; incluso el orgullo pendejo de pregonar que en tal pueblo o ciudad se consume más que en otros. Aunque sin duda el colmo es hacer deporte promocionándolo, llevarlo tatuado en la playera, ¡utttaa!

Al terminar con la venta inmoderada de alcohol sin duda desaparecerían miles de trabajos, lo mismo pasaría con la industria tabacalera, que abarca desde los campesinos o productores de la planta, hasta su comercialización. Pues he ahí el dilema vigente por siglos de “ser o nos ser” o vivir en la hipocresía, de evitar que la marihuana se legalice y seguir comerciando la muerte misma con el tabaco y el alcohol. Por el otro lado, pensar que en México se lleve a cabo un estudio a conciencia sobre el tema de la legalización de la mota, de eso estamos muy pero muy lejos. ¿O usted conoce algún estudio sobre un tema que los políticos en turno han llevado a cabo con éxito? ¿Cuál, cuándo, dónde, cómo se llama?

Correo-e: kinotre@hotmail.com

Leer más de Siglo Nuevo

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Siglo Nuevo

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Expertos en marihuana. ¿Y el alcohol y el tabaco, apá?

Clasificados

ID: 861333

elsiglo.mx