"Semana Santa en Casa 'Centro Saulo'"
Es ya Semana Santa, y en nosotros está hacer ésta, una Semana Santa diferente. Les comparto una historia que ojalá nos permita meditar sobre nuestra vida y cómo la vivimos. Pues hay muchas personas que no encuentran solución a sus problemas, o al menos tener alguien quién les escuche. El grupo de "Vida y Fe", y el Pbro. Jorge Silva los invita a formar parte de nuestra familia Casa "Centro Saulo".
Durante la guerra civil española muchos españoles migraron a México. Entre ellos vino un jovencito de dieciocho años, Venancio Fernández. El único problema que no tuvo durante la penosa travesía era tener que pagar exceso de equipaje pues sólo traía dos camisas y un pantalón remendado.
Llegó a Veracruz, donde comenzó a trabajar en una tienda de ultramarinos de un tío suyo. Años después se casó y puso una panadería en la ciudad de Puebla. Con mucho sacrificio, esfuerzo y ahorro, logró reunir cierto capital y se trasladó a la Ciudad de México con toda la familia y continuó en su trabajo de panadero. La gente ya no le llamaba "Venancio". Ahora era "Don Venancio". Persona honorable y respetable que fumaba un grueso puro y que ahorraba lo más posible.
Al cumplirse veinte años de su llegada a México una agencia de viajes le habló de lo económico que le resultaría llevar a toda su familia en un viaje a España por barco. Había un boleto familiar especial y no se debía dejar pasar la oportunidad.
La esposa de don Venancio, que aprovechaba todas las ofertas, convenció a su marido para gastarse sus ahorros en un plácido viaje a España.
Sin embargo, don Venancio, queriendo ahorrar lo más posible en el trayecto marítimo, antes de embarcarse en Veracruz, hizo en su panadería unos panes especialmente grandes, compró quince kilos de queso y se embarcó con rumbo a la tierra de sus antepasados.
El primer día comieron gustosos el fresco pan con una suave rebanada de queso. Al día siguiente estaban todavía tan emocionados que no tuvieron reparo en repetir el mismo menú de pan con queso. Luego comieron queso con pan y después pan con queso. El quinto día tomaron pan, queso y pan, el otro día queso, pan y queso. A la semana su rostro estaba del color amarillento del queso. Para entonces ya nadie se les acercaba creyendo que tenían hepatitis.
Por fin, el día que llegaban a puerto español se dieron cuenta que el esfuerzo por morder aquel pan más los debilitaba.
La esposa de don Venancio lo volvió a convencer de que había qué celebrar la llegada a España con una abundante y rica comida en el restaurante de primera clase del barco. De lo único que estaban ciertos era que esa tarde no irían a probar pan ni queso.
- ¿Dónde está el restaurante de primera? Preguntó don Venancio a un comandante de la tripulación.
- Permítame ver su boleto, inquirió el oficial.
- ¡Caramba! Contestó don Venancio. Yo voy a pagar, que para esto me he matado trabajando veinte años.
- Perdón, respondió el oficial pero al restaurante de primera sólo pueden entrar los pasajeros con boleto de primera.
Con el característico mal humor de un vasco cuando se le contradice y con el rostro aún más amarillento de coraje, sacó un boleto todo arrugado, el cual al ser desdoblado despidió un penetrante olor a queso.
El oficial leyó lentamente: "Venancio Fernández" y después con cara de asombro, añadió:
- ¡Caramba don Venancio, su familia posee un boleto maravilloso! ¡Su boleto incluye las tres comidas en el restaurante de primera durante toda la travesía!
Lo mismo nos pasa a nosotros. Cristo ya pagó por nosotros para que tuviéramos el derecho a una Vida Nueva. Nosotros tenemos el boleto del Bautismo bien guardado y no vivimos como reyes, sacerdotes y profetas. Hemos hecho nuestro guardado de pan duro de tristeza con queso de amargura y monotonía, desaprovechando que Cristo ya pagó por nosotros con su Sangre preciosa. Y lo peor, eso le damos a nuestra familia y a todos los que nos rodean, desaprovechando nuestro boleto. Vamos a Misa sólo los domingos y cumplimos ciertos oficios, pero nos perdemos de toda la riqueza que tiene la iglesia.
Define cuál es tu pan y cuál es tu queso.
Te esperamos esta Semana Santa en Casa "Centro Saulo" y únete a nuestro grupo de Vida y Fe. Si necesitas quién te escuche, ven!!!
Espero que estas palabras nos permitan sentirlas a la luz de nuestras familias, pues decía Jesús, "No me digas que me amas, dime cómo vives". "La familia que reza unida, permanece unida". Iniciativa laguna un proyecto de valor y de valores para los laguneros y el mundo!!! Estamos como siempre a sus órdenes en la dirección electrónica: despertar_es@live.com. Lo invito a visitar mi blog en donde encontrará más artículos de su interés: www.familia.blogsiglo.com
"QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR"