"La esperanza es algo bueno… TAL VEZ LO MEJOR!!!"
(Décima octava parte)
Continuación…
Son los funerales de Emilia. "En un momento como éste, el silencio parece la única expresión válida. ¿Qué podemos como mortales, decirle a un corazón destrozado por el dolor? Pero estamos aquí ante ustedes porque tenemos una esperanza viva. La muerte no respeta a las personas. La muerte no respeta a los jóvenes. La muerte es un intruso doloroso… y un recordatorio pernicioso de nuestra condición humana. Pero estoy aquí ante ustedes y declaro que tenemos una esperanza viva, que nos llena de júbilo. Nuestra esperanza, está en el hecho de que Jesús ya no está en la tumba. Él está vivo. Y porque Él está vivo. Emilia vive. Y porque está vivo, el corazón destrozado por el duelo tiene esperanza… y una razón para alegrarse".
Es un momento muy triste, en donde toda la comunidad cercana a ellos se ha convocado en torno a los funerales de Emilia. La familia y amigos regresan a casa de Germán para acompañarlos. El tiempo pasa y se retira uno a uno, hasta que es momento de enfrentar solos el duelo y soledad.
Germán completamente abatido está en la recámara de Emilia, sentado a un lado de la cama en la alfombra, viendo una foto de ella. Vienen a su mente mil y un recuerdos de tantos momentos vividos con su niña adorada. Lorena (L) su esposa, entra en silencio y se sienta a su lado. Después de un momento da un largo suspiro y dice: (L) No tiene sentido esto para mí. -Siente un gran dolor en el alma, y no puede ya ni llorar de tanto que ha sufrido-. Siento que… estoy en la niebla… o en un tipo de agujero negro… -suelta el llanto-… y que en realidad quiero escapar… -Germán al escuchar a su esposa, desgarrada, también él sufre intensamente y su rostro se descompone-. (L) ¿Nos habremos equivocado al dejarla ir a esa fiesta? Si hubiéramos dicho que no, ahora ella estaría aquí con nosotros. Germán (G) dice: Lorena, no podemos pensar así. (L) ¿Por qué ella tuvo que morir y por qué ese borracho aún sigue con vida? ¿Por qué? ¿Por qué? No puede más con tanto dolor y llora y grita desesperadamente. Germán junto con su esposa sienten una herida muy profunda en el corazón y en el alma. (G) Hay tantas cosas que no dije… Debí haber sido un mejor padre… Lorena lo ve fijamente a los ojos y con mucha ternura le dice (L): No… sigues siendo un padre. Germán cae en cuenta que aún tiene un hijo, Fernando, el cual está solo, sufre por su hermana y necesita mucho de él, de ellos. Se levanta y va a la habitación de Fernando. Al salir de la habitación de Emilia hay un peluche que tiene una frase que dice: "Mi príncipe ha llegado, su nombre es Papi", se le queda viendo y continúa su camino. Toca suavemente en la puerta de su hijo, pero éste está sentado en el piso recargado en su cama jugando con un videojuego y tiene los audífonos puestos, no escucha. Germán intenta abrir la puerta pero está cerrada con seguro. Busca la llave en la parte superior del marco y ahí está. Abre lentamente y se dirige a Fernando quien está inmerso en su juego y no se percata que su papá está a un lado suyo. Germán se sienta a su lado y se sorprende Fernando (F) volteando rápidamente, sorprendido. Se quita los audífonos y para un momento de jugar. Pregunta a su padre (F): ¿Cómo entraste? (G): Se cómo abrir una puerta Fernando. (F) ¿Me llamabas o algo? (G) Sólo quería ver cómo estabas. (F) ¿Alguien está bien en esta casa? (G) ¿Hay algo que quieras decirme? (F) ¿Por qué quieres hablar? Todo el que viene a esta casa dicen lo mismo, una y otra vez. (G) Intentan ayudar hijo. (F) No ayudan. (G) Fernando, todos sufrimos. Lo que no podemos hacer es cerrarnos… nos necesitamos. (F) Tú no me necesitas papá… ¿Puedo seguir jugando? (G) Sí… Fernando se coloca los audífonos y se dispone a seguir en su juego. Germán se para si sale de la habitación, camina por el pasillo y ve en la recámara de Emilia a su esposa Lorena acostada en su cama llorando y con un peluche de su hija. Germán se queda parado entre ambas recámaras y voltea a la recámara de su hijo. Se recarga en la pared.
Viene a su mente la imagen dulce de su hija de nueve años, quien viene corriendo a sus brazos y él la carga y la abraza con mucho amor. La imagina bailando con un vestido blanco… la imagina ya toda una mujer vestida de blanco antes de ir al altar, muy feliz, le da la mano a su papi, a su príncipe papi… Germán abre los ojos, es sólo un sueño en medio de la noche. Se lleva las manos a la cara y se da cuenta de que la realidad es otra. Se incorpora y se sienta en la cama. Su esposa lo siente y le dice (L) ¿Germán? (G) Nunca la veré graduarse… jamás la llevaré al altar. Lorena le dice (L) Germán, no, no lo pienses. Los dos están llorando nuevamente. (G) ¿Cómo puedo dejarla ir? -Viene a su mente la vez que su hija Emilia le pidió que bailara con ella y Germán no quiso hacerlo- Debí haber bailado con ella… ¿Por qué no bailé con ella? Se abrazan Lorena y Germán en medio de la noche, consolándose mutuamente, el dolor los une más como esposos. Continuará…
"La esperanza es algo bueno, tal vez lo mejor. Y lo bueno nunca muere. Estaré deseando que estas palabras te encuentren, y te encuentren bien".
Espero que estas palabras nos permitan sentirlas a la luz de nuestras familias, pues decía Jesús, "No me digas que me amas, dime cómo vives". "La familia que reza unida, permanece unida". Iniciativa laguna un proyecto de valor y de valores para los laguneros y el mundo!!! Estamos como siempre a sus órdenes en la dirección electrónica: despertar_es@live.com. Lo invito a visitar mi blog en donde encontrará más de 250 artículos de su interés: www.familia.blogsiglo.com
"QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR".