Festejan un año de 'Morelear'
¿Cómo es vivir sin miedo? Los paseantes de Moreleando lo pueden sentir por unas horas y por unas cuadras. Mirar el cielo nublado, en la tarde del Primer Aniversario trae consigo una paz que sólo quienes han recorrido las 14 cuadras del paseo Moreleando, de vuelta al Centro, la conocen.
Niños corren por la Avenida Morelos, se caen y levantan con naturalidad. Las madres no gritan y los dejan correr libremente. Un padre de familia lleva a su hijo pequeño en hombros, le explica sobre los edificios y le promete una bicicleta.
En la fiesta cultural hay cabida para todos, no importa cómo vistes o cómo caminas. Algunos llegan en bicicletas de última generación y con gran equipo de seguridad, otros en cambio disfrutan de la vista que brinda un triciclo.
La oleada de ciclistas va y viene, saludan y hasta hacen sonar sus timbres, en el paseo hay una especie de acuerdo de civilidad no firmado. El respeto al otro es el primer mandamiento, incluso los vendedores lo han adoptado, no hay quien carezca de sonrisas o de saludos fraternos.