Desde hace 102 años, y oficialmente desde 1977 -por el nombramiento que hizo la ONU-, conmemoramos el Día Internacional de la Mujer para hacer un corte de caja y ubicar la realidad en la que nos encontramos. La defensa por nuestros derechos humanos, la igualdad, la justicia y nuestro desarrollo sin duda ha dado frutos, pero todavía está lejos del festejo que muchas quisiéramos.
En materia de participación política nos encontramos que por el momento no hay una sola gobernadora en el país. En el gabinete federal sólo hay tres secretarias de Estado; de 500 diputados, 184 son mujeres y; de 128 senadores, 42 son mujeres. Solamente un 36% de mujeres nos representa.
Lamentablemente, para muchos las mujeres sólo somos una cuota de género bajo la falsa premisa que México no está preparado para ser gobernado por mujeres; es decir, para algunos estamos lejos de ser una opción real para acceder a cargos públicos. En el ámbito de seguridad y justicia también es lamentable la situación de las mujeres. Tres de cada cinco mujeres sufren algún tipo de violencia (ENDIREH, 2011). Los feminicidios son cada vez más sangrientos y la violencia social se ha incrementado en forma alarmante en algunas zonas del país. En esta misma semana fueron violadas y asesinadas dos menores de edad; una en Yucatán y otra en el Estado de México.
La realidad no indica que cuando una mujer es víctima de algún delito en el papel tiene el derecho a ser atendida por funcionarios del mismo género, sin embargo hace falta voluntad para contratar al personal suficiente en las agencias del Ministerio Público para que este derecho sea aplicable. Por si esto fuera poco, en Aguascalientes recientemente se presentó a un grupo de mujeres modelos como policías; la actividad policial no es degradante, pero sí lo es resaltar sus cuerpos y caras bellas en lugar de ponderar sus logros como profesionistas de la seguridad.
En el ámbito ciudadano sí encontramos buenos resultados y condiciones para festejar. El activismo y la determinación que desempeñamos las mujeres desde la sociedad civil organizada han conseguido logros importantes en temas como el combate al secuestro; en la construcción de instituciones policiales fuertes; en la promoción de paz; en la evaluación de políticas públicas; en la reforma política; en la intermediación y construcción de consensos; en la cohesión social; en el derecho a decidir libremente sobre nuestro cuerpo, ocupación y creencias; en el acceso a igualdad de derechos y oportunidades y otras tantas que nos llenan de orgullo.
Conocer los resultados que desde la sociedad civil se generan en este corte de caja es sin duda un buen aliciente para avanzar en la multiplicación de derechos ciudadanos, laborales, sexuales y reproductivos que tenemos como género y es el mejor indicador que tenemos para fortalecer el trabajo de las organizaciones de la sociedad civil. El reto que como mujeres y como sociedad aún tenemos para garantizar el acceso a la paridad es suprimir todo tipo de discriminación y de fobias que prevalecen. Para ello tenemos que intensificar el diálogo con los actores políticos, con el sector productivo e incluso con nuestras propias parejas.
Tenemos que tirar el muro que no nos permite vernos como iguales en derechos y obligaciones.
Presidenta de Causa en Común AC
