YA NO CABE DUDA que al movimiento de la CNTE se infiltraron organizaciones de tipo delincuencial como los "anarquistas". Los hechos que se han venido sucediendo en estos últimos treinta días lo confirman de manera indubitable; aunque el peligro real no radica especialmente en los procedimientos de esos grupos fascistas y antidemocráticos. El verdadero peligro para el país es que nadie sabe a ciencia cierta quiénes los manipulan. ¿Quiénes están pagando a los delincuentes llamados eufemísticamente anarquistas? Confiamos en nombre de todos los santos que el gobierno de Peña Nieto sí lo sepa.
POR OTRA PARTE, 118 millones de mexicanos también nos hacemos la pregunta: ¿Quién está financiando el movimiento de la CNTE? Personas que conocen de asuntos de movilización de personas, protestas y bloqueos, nos informan que una movilización como la que viene operando cuesta aproximadamente 15 millones de pesos diarios. Esto quiere decir que alguien ha invertido más de 450 millones de pesos para tratar de desestabilizar el país.
ESTE TIPO DE MOVIMIENTOS reclama entre otras muchas cosas: transportes, carpas, cocinas, gas, proveeduría de alimentos, agua potable, sanitarios y la seguridad para 75 mil familias de los movilizados de por lo menos los alimentos del hogar todos los días. A esto habría que agregar 100 pesos por lo menos y diariamente, para cada uno de los movilizados en lo personal.
Y NOS PRTEGUNTARÍAMOS: ¿Quiénes son los mexicanos o extranjeros que patrocinan y financian la anarquía y el caos en la Ciudad de México, Michoacán, Oaxaca y Guerrero? ¿Qué subyace oculto bajo el llamado movimiento magisterial en contra de la Reforma Educativa; una reforma ya aprobada mediante la modificación a la Constitución, es ya una ley vigente e irreversible y obligatoria para todos.
LOS MOVIMIENTOS de los vándalos anarquistas los hacen bajo una logística castrense fríamente calculada buscando causar la mayor irritación y daños posibles a los habitantes de la sufrida Ciudad de México, a su mobiliario urbano y al comercio y hotelería. Esta anarquía generalizada tiene al borde de la esquizofrenia a millones de automovilistas y a millones de personas que necesitan trasladarse a su trabajo, a la escuela a una urgencia médica, etc. Lo peor, esta anarquía parece ser tolerada y hasta fomentada por Miguel Ángel Mancera.
Con el fin de incrementar aún más el miedo y el caos citadino, maestros y anarcolocos toman los accesos al Aeropuerto Internacional y las casetas de las autopistas de ingreso y salida de la gran capital. Mientras todo esto sucede, Miguel Ángel Mancera, que se dice ser el Jefe de Gobierno del D.F., ocupa su tiempo en cuidar las marchas con policías para que nadie las moleste durante la destrucción del mobiliario urbano y la propiedad privada. El Jefe de Gobierno argumenta para no aplicar la ley, que los violentos cometen conductas no graves ni penadas por el código penal. El señor está totalmente equivocado.
Desde el momento que los anarcolocos han declarado públicamente que su lucha es por lograr desaparecer y derrocar el actual estado de derecho, están confesos de los delitos de motín y asonada.
TAMPOCO PEÑA NIETO hace malos quesos. No ha querido o no ha podido, hacer honor a sus promesas de cumplir y hacer cumplir la ley. A su gobierno le tiembla terriblemente la mano, que si no también las corvas, cuando de aplicar la ley, simplemente de aplicar la ley se trata. Estamos en peligro como nación, que las circunstancias lo estén ya rebasando y una vez que un gobierno es rebasado, difícilmente podrá recuperar el terreno perdido.
CONVIENE AL RESPECTO recordar El Contrato Social, obra política del filósofo y teórico del estado Juan Jacobo Rousseau, en donde se establecen las bases que sirvieron para la constitución de los estados democráticos modernos y representativos como los de Inglaterra, Estados Unidos, Dinamarca, Suecia, Holanda, Bélgica y la Francia entre otros.
Esta tesis establece un principio de validez universal: el ciudadano se organiza en sociedad para lograr que el Estado lo defienda y le preserve su seguridad personal y la de su familia, así como para que le garantice la salvaguarda de sus bienes. En este contexto el hombre conviene en ceder a su vez al Estado, una serie de derechos individuales para lograr así una mejor y real convivencia de todos con todos.
SI EL ACTUAL Gobierno federal no puede cumplir con su más elemental obligación como es la de garantizarle la seguridad física de las familias y ni de los ciudadanos en general; ni tampoco puede garantizarle la preservación de sus bienes toda vez que se niega a aplicar simplemente la ley ante su manifiesta y pública violación: ¿qué le queda al ciudadano?
ES LAMENTABLE que maestros y anarcolocos sigan violando las leyes del país con absoluta impunidad. Unos para preservar sus intereses personales o mal llamadas conquistas laborales, tales como heredar o vender las plazas del magisterio y salvarse de una evaluación, y que los otros, se enfrenten violentos para golpear y quemar a los inermes policías. A la fecha no hay un solo delincuente consignado.
EL DAÑO HECHO a la niñez mexicana y al país son irreversibles.
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