Foro de competitividad
Esta semana comenzarán las reuniones del Foro Económico Mundial en Davos, Suiza. Durante unos días se encontrarán en las montañas de este centro de deportes invernales de los Alpes suizos cerca de 3,000 jefes de Estado y de gobierno, ministros, académicos, empresarios y periodistas. Discutirán sobre la situación del mundo en un momento muy complicado para el planeta.
Los presidentes mexicanos han participado de manera activa en Davos desde 1990, cuando Carlos Salinas de Gortari llegó por primera vez a esta reunión. De esa intervención surgió la idea de firmar un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos que al final llevó a la creación del TLCAN. Éste ha sido uno de los pocos motores que ha tenido la economía mexicana desde 1994.
El TLCAN, sin embargo, no ha sido suficiente para transformar la economía nacional. La razón es que la competitividad del país ha quedado rezagada. En el Informe global sobre competitividad de 2012-2013, que el foro emitió el año pasado, la economía mexicana ha mostrado una mejoría de cinco lugares pero se encuentra rezagada en el lugar número 53 de los 144 países considerados. Esto quiere decir que México tiene que competir sobre la base de salarios bajos para vender sus productos y servicios y mantener una economía razonablemente activa.
México tiene elementos bastante competitivos en su economía. Cuenta, por ejemplo, con un ambiente macroeconómico positivo como consecuencia de dos décadas de finanzas públicas sanas. Las empresas nacionales son razonablemente avanzadas y conocedoras de la globalización. Y el país posee una buena infraestructura de transporte. Sin embargo, la rigidez del mercado laboral, por lo menos antes de la reforma del 2012, impide una mayor competitividad. Otros factores que inciden negativamente son la concentración monopólica en mercados clave, el bajo nivel de instrucción de los mexicanos y el poco uso de tecnologías de la información.
El presidente Enrique Peña Nieto ha prometido subir la tasa de crecimiento del país del dos por ciento al año que hemos tenido en las últimas dos décadas a seis por ciento anual. No es imposible, pero el crecimiento no se puede lograr simplemente con buenas intenciones. Es necesario continuar una serie de reformas de fondo que hagan al país más competitivo.
La reforma laboral y la educativa son dos de los primeros pasos que el país requiere. Pero se necesita más, mucho más. Bastante difícil es competir en el mundo actual, pero la tarea se vuelve casi imposible cuando nosotros mismos colocamos obstáculos en el camino. Los monopolios estatales en energía son ejemplos notables en este sentido. Son producto de decisiones políticas que al final terminan afectando la competitividad del país y la capacidad de nuestra economía para generar más riqueza para los mexicanos.
El Foro Económico Mundial no es el único lugar del mundo en que hay preocupación por el tema de la competitividad. Pero se trata de la organización internacional que más se ha concentrado en la manera de lograr competitividad en una economía global. En el inicio de este nuevo gobierno es más importante que nunca entender los instrumentos por los cuales un país puede lograr una mayor competitividad. Es el único camino para crecer seis por ciento al año y dar más prosperidad a los mexicanos.
Twitter: @SergioSarmient4