La inseguridad
Problema ciclópeo; solución incómoda. El pasado diciembre, Felipe Calderón finalizó su mandato; el grave problema de inseguridad -del cual fue actor sustancial- aún continúa desaforado, y no podrá resolverse con delirios armamentistas, sangre, ni más muertos.
El acaecido expresidente Calderón y su trabajo al frente del ejecutivo son reprobados por gran parte de la sociedad; son más que conocidos los resultados negativos engendrados por su guerra infame y más aún el rotundo fracaso que ésta tuvo.
El saldo que dejó -y sigue dejando- la desavenencia de las drogas, fue destructivo e inaudito, con crímenes de lesa humanidad y principalmente, un atroz desgarramiento del tejido social. Ahora el Peñanietismo dice que las circunstancias cambiarán, que la estrategia se intensificará y que esta vez habrá resultados que darán paz a la nación; pero la espiral de violencia sigue en ascenso frenético. Entonces la pregunta necesaria que brota de la angustia nacional es: ¿cómo, cuándo, por dónde se acabará esta pesadilla terrenal? La respuesta es formulada por la opinión pública al mismo ritmo que la pregunta.
En México actualmente, existen alrededor de ocho millones de jóvenes sin escuela ni trabajo (los mediáticos “ninis”) sin oportunidades; supongamos que de pronto aparece el narcotráfico para ofrecerles dinero, drogas, mujeres, poder, etcétera. El joven cae rápido.
El paso equivocado, premeditado por la inercia condicional, fue producto de la reducida bandeja de oportunidades; la situación se agudiza. Si a este factor de la juventud perdida (ocho millones es la mitad de la población total de Chile, por poner un ejemplo de la magnitud de la cuestión), le añadimos los pigmentos catastróficos que tiene toda sociedad capitalista (pobreza, ignorancia, rezago y descomposición social, etcétera), el resultado de la ecuación da: ochenta mil muertos y un país mutilado: he ahí la cara del México contemporáneo. La solución a estas hostilidades deben ser categorías de vida integralmente opuestas: educación, cultura, salud, mejoramiento social y restablecimiento del espíritu perdido.
Existen dos vías de acceso para que estas premisas sean cumplidas satisfactoriamente. Una, el funcionamiento extraordinario e impecable por parte del estado (gulp- imposible, ya que el margen y capacidad de maniobra son extremadamente delgados; además, de que los interés multitudinarios puestos en el negocio de las drogas son fundamentales en la actual macroeconomía mexicana: ¡toda una sociedad funcionalmente adicta al dinero fácil que chorrea sangre por doquier!). Dos, un cambio radical del sistema socioeconómico imperante.
Francisco J. Escobedo.
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Piden techumbres en GP
Habitantes de las colonias El Consuelo, Aquiles Serdán y Ampliación Aquiles Serdán, situadas atrás del Teatro Alvarado, pedimos al ayuntamiento de Gómez Palacio, atenci´on a nuestra colonia, ya que no llega a nuestros hijos ningún plan de ayuda de techumbres ni áreas de esparcimiento que se han venido dando a las plazas públicas, esto para frenar el ocio y promover el deporte en nuestras familias.
Juan Antonio Cortés,
Gómez Palacio, Durango.
