El héroe del ‘nuevo’ PRI
Nos guste o no, le pese a quien le pese o “haiga sido como haiga sido”, Humberto Moreira Valdés, es un héroe para la militancia del PRI; y aunque no pareciera, baste ver la impunidad de la que goza, así, como la libertad de aparecer y desaparecer del escenario político a su antojo y conveniencia.
A pesar de sus excesos -endeudarnos, ilegal y fraudulentamente, a dos generaciones de coahuilenses; así como, desviar más de 50 mil millones de pesos del presupuesto autorizado- goza de libertad y atención privilegiada: el Sindicato más grande de América Latina y el más corrupto, lo premia con una beca de estudios en la madre patria.
Mientras los coahuilenses, hasta la fecha, no tenemos la más mínima información de en dónde se aplicaron más de 85 mil millones de pesos, tal vez, nunca lo sabremos, es altamente probable que sus cómplices hagan hasta lo imposible por aplazar la transparencia y la rendición de cuentas en nuestro estado.
Pero lo anterior, es un mal menor, es cuestión material que se resuelve con dinero, lo peor, es que entregó a la delincuencia organizada y el narcotráfico nuestra entidad. Con su omisión, dejó de cumplir, lo que en teoría es, la principal obligación del Estado: la seguridad pública. En lugar de contener o atacar, facilitó el establecimiento, la operación y el desarrollo de los grupos criminales.
Coahuila, hoy ocupa dos primeros lugares a nivel nacional, de los que debe sentirse muy orgulloso Humberto Moreira Valdés: Somos la Entidad Federativa con los más altos índices de inseguridad y violencia; y somos, además, el Estado más endeudado.
Pero como ya lo mencioné, para el PRI, estos son gajes del oficio, ya que el “fin justifica los medios”, como diría Voltaire.
En primer lugar, porque gracias a su astucia, audacia y decisión fue uno de los más importantes artífices en la recuperación de la Presidencia de la República para el PRI.
En segundo lugar, y no menos importante, podríamos decir, que el hecho que Enrique Peña Nieto sea el Presidente de la República, se lo debe, en gran medida, a Moreira.
En tercer lugar, lo más relevante para el priismo, es que vuelven a tener y ejercer el poder. Lo que para el PRI, parafraseando a Vince Lombardi, no es lo máximo, sino lo único y realmente indispensable.
El tlatoani, Gustavo Díaz Ordaz, reprimió y mató a miles, en nombre de la ley: murió impune; Luis Echeverría, el Mesías, el demagogo, también mató y reprimió, devalúo el peso en un 100% y endeudó al país: vive impune; José López Portillo, alias el Perro, es el ejemplo de todos los excesos acumulados de poder: corrupción, nepotismo, ineptitud, cinismo, arrogancia, soberbia, todo sin límites, devaluación sin límite, endeudamiento sin límite, inflación sin límite: murió impune; Carlos Salinas de Gortari, democracia simulada, fraudes electorales patrióticos, saqueó de las arcas y crisis económica interna: no sólo está impune, goza de un poder especial en la actual administración.
Como lo podemos apreciar, lo que hizo Humberto Moreira en Coahuila, no es nada comparado, con los crímenes cometidos y abusos de poder de sus correligionarios antes mencionados, además, al igual que ellos, todo lo hizo pensando en el “bien común”.
Moreira vive impune y gozando una vida muy superior a la de la gran mayoría de los mexicanos y por si fuera poco con una beca que también pagamos todos los coahuilenses.
“Muera el Rey; Que viva el Rey”.
Jesús Gerardo Puentes Balderas,
Torreón, Coahuila.