Así, o más farsantes
Nuestros políticos, autoridades civiles y militares a todos los niveles, pecan de farsantes en grado superlativo. El análisis, la discusión y la solución de los grandes problemas nacionales, los van dejando en el olvido y no hay quién lo reclame. ¿Hasta cuándo se discutirán en las cámaras de legisladores, iniciativas de ley que beneficien verdaderamente a todos los mexicanos sin importar nuestro estatus social o económico?
Es vergonzoso ver el gran despliegue publicitario que se le dio a la Reforma Educativa, a la Ley de Telecomunicaciones y a otras acciones de gobierno paralelas de igual “importancia”, como la aprehensión de la tristemente célebre: doña Elba Esther Gordillo. Es más vergonzoso saber, que en estas discusiones parlamentarias están en juego grandes intereses económicos de unos cuantos, sin considerar al mismo tiempo los grandes intereses partidistas que prevalecen por encima del interés del mexicano común y corriente, del mexicano de a pie como usted o como yo.
Y no quiere decir que lo que está en proceso de aprobación y lo que ya está convertido en ley no sea importante; simplemente, alguien tiene que valorar las prioridades de cada tema. Con la información que tengo, no puedo saber en qué me veré beneficiado si al profesor se le reconoce su esfuerzo o no, si aprueba o no sus evaluaciones, si está o no comisionado ni me puede interesar cuánto gana. Ni me beneficia ni me perjudica que la maestra Gordillo esté libre o prisionera y menos aún, cuándo uno sabe que en este asunto existen más implicados y siguen libres y mucho menos, cuándo uno sabe que existen otros líderes sindicales igual o más sinvergüenzas que impunemente poseen ilegalmente grandes fortunas a costillas de sus representados.
En cambio, sí me afecta que se dejen legislar temas que ponen en peligro la vida presente y futura de nuestra patria. A mí en lo personal - y creo que a muchos de ustedes – me interesaría participar en los temas que traten el cuidado, tratamiento y uso del agua, aún en contra de los grandes intereses de los empresarios agropecuarios. Porque para hablar de futuro, primero se debe agotar los temas relativos a la vida.
Da vergüenza saber, que ni siquiera los gobiernos municipales emprenden verdaderos y efectivos planes o programas para el uso racional de nuestros recursos. ¿Cómo explicarle a un niño la cantidad de litros de agua que se requiere para producir un litro de leche o un kilogramo de carne u otro producto alimenticio?, y una vez que le hemos explicado, ¿podrá sentir la misma satisfacción haber ahorrado unos cuantos litros al día, sabiendo que miles de litros son desperdiciados en actividades muy lucrativas que enriquecen a unos cuantos, solapados por nuestros legisladores y por nuestros servidores públicos?
Y qué diablos tengo que ver con la banda ancha o con los megahertz o cómo me beneficiaré con la existencia de nuevas televisoras, si ahora ni siquiera tengo tiempo para ver los canales públicos, ni tengo dinero para contratar los canales privados que existen en el mercado.
En cambio, sí me interesaría saber: ¿quién y de qué forma se combatirán a los taladores clandestinos de bosques?, ¿quién y de qué forma se combaten a los ladrones de hidrocarburos que se transportan a través de los ductos de Pemex?, ¿quién me puede asegurar que Pemex es de todos los mexicanos?, ¿cuáles son las medidas preventivas para combatir con eficiencia los grandes incendios forestales y qué debemos hacer para recuperar las miles y miles de hectáreas siniestradas? Porque este tipo problemas, sí ponen en peligro el futuro de nuestro país y la preservación de la vida.
Juan Antonio Aguilar Tello,
Torreón, Coahuila.