Latinoamérica
Latinoamérica, visión al mundo. La región latinoamericana está tomando una posición mundial. Desde el Vaticano hasta la muy esperada Copa Mundial de Brasil en el año 2014, en donde los ojos del mundo entero estarán puestos en esta región localizada en Latinoamérica.
Últimamente está en boca de todos. La sorpresiva victoria del primer papa latinoamericano, el papa Francisco, en donde el argentino llegó al mandato del Vaticano.
Es el momento para salir de la miseria en que se encuentra. Demostrarle al mundo que no es una región de sólo violencia, pobreza e injusticias. Es una región llena de riquezas tanto naturales como culturales. Que tiene una amplia diversidad cultural. Donde existen aún varios grupos indígenas, sin mencionar la belleza del continente.
Que tiene la capacidad de cambiar esa historia que ha ido cargando a lo largo de los años, una historia deprimente. Lo que necesitan los mandatarios, es el mejorar el reparto de las riquezas ya que Latinoamérica es de las regiones con mayor desigualdad en el mundo entero.
En Latinoamérica existen miles de pobres que se mueren de hambre, no cuentan con servicios de salud y educación. Pero también existe una minoría que son los ricos, los cuales disfrutan y en exceso, lo que a millones les falta. Buscar una estabilidad política, para ello se retoma el punto acerca del reparto. Si no existiera esta inmensa diferencia entre clases sociales en donde se enriquezcan unos y otros mueran de pobres; esta constante lucha por el poder no debería existir.
Liliana Joseline Chang Guardado,
Torreón, Coahuila.
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El hombre tiene futuro
¿Es horizonte atractivo para el hombre terminar como un perro o una bolsa de basura? Pues es el que ofrecen todas las concepciones materialistas. La meta de la existencia humana, el final del camino, es la nada. Ante este panorama tan desolador hay que preguntarse si vale la pena ser hombre. A pesar de todo ello muchos ‘pensadores’ actuales difunden y propugnan esta concepción materialista. La vida, el trabajo, todo lo que hacemos y padecemos están destinados a la destrucción. Su oferta suprema es disfrutar a tope, tener un cuerpo bonito, triunfar en la vida, ganar mucho dinero. De todos modos, es una oferta que no va más allá del buen deseo, porque la experiencia se encarga de demostrar que ese ‘ideal’ es imposible. Se quiera o no, el dolor, la enfermedad, los fracaso, la muerte… llegan inevitablemente y cuando menos se espera.
Nada de extraño que el horizonte materialista se resuelva en pesimismo, en hastío de la vida, en subterfugios de la droga y del alcohol, en la desilusión y en la desesperación; y que tantos jóvenes y adolescentes del mundo más desarrollado, encuentren en el suicidio la ‘única salida’ para su existencia angustiada; hace unos días se hizo público que el suicidio se ha convertido en España en una de las principales causas de muerte, por encima de los accidentes de tráfico. La oferta cristiana es muy distinta: “Jesuscristo ha vencido a la muerte y da –a quienes creen en Él- la posibilidad de vencerla también”. Los seguidores de Jesús morirán, ciertamente.
Pero la suya no será la muerte de un perro o la de un roble quemado. Será una muerte que dará paso a la vida verdadera, la Vida con mayúsculas. Esta es la esencia de la fe cristiana. Por ella han dado la vida los mártires de todos los tiempos. Por ella viva la buena gente. Por ella vale la pena llevar una vida limpia, honrada y sacrificada por los demás. Por ella no desesperan los que experimentan el dolor. En un a palabra: por ella merece la pena ser hombre. ¿Hay algo que tenga más futuro?
Lluis Esquena Romaguera,
Girona, España.