Imagen y publicidad gubernamental
El hecho de privilegiar gastos superfluos en imagen y publicidad gubernamental, ante las múltiples necesidades no satisfechas en servicios públicos básicos, obras incompletas, endeudamiento irresponsable, entre otras, es motivo de molestia, desaprobación y rechazo de la población en general.
La afrenta y el daño al erario público es mayúsculo, sobre todo por el uso discrecional en su aplicación, que lejos de ser una herramienta de promoción de estados y municipios, sirve a intereses particulares.
Pero, su impacto va más haya de lo oneroso que resulte, lo más peligroso es que se transforma en un arma que atenta contra la libertad de expresión y la democracia misma, al afianzar la corrupción como el medio para ganar o mantener el poder de manera impune.
Desde el siglo pasado existe una preocupación real sobre el tema que forma parte de los tratados internacionales de los derechos humanos, así como de un sinfín de estudios, ensayos y análisis en diferentes foros, medios informativos y espacios noticiosos. Incluso, es tema de sobremesa familiar.
El estudio más reciente en nuestro país lo han dado a conocer hace unos días las organizaciones Artículo 19 y FUNDAR, que por segundo año consecutivo lo publican: “El costo de la legitimidad: El uso de la publicidad oficial en las entidades federativas”.
El estudio, resalta el gasto de más de 4 mil 500 millones de pesos en 2011, por 27 entidades federativas del país, así mismo, señala la falta de transparencia existente en los estados, sobresaliendo Coahuila, Veracruz, Tamaulipas, Oaxaca y Guerrero por su total opacidad.
Coincidencias o azares del destino, estos últimos 5 estados son gobernados, en su mayoría, por el PRI. Otra coincidencia más: Fidel Herrera, Eugenio Hernández, Ulises Ruiz y Humberto Moreira eran los gobernadores. Todos, distinguidos por sus excesos en el poder y endeudamiento irresponsable.
Como lo podemos apreciar, una vez más, los gobiernos emanados del PRI nos demuestran el esfuerzo sistemático que hacen por elevar su capacidad y eficiencia en la simulación y la total falta de transparencia en sus administraciones. Pero ¿cuál es la razón o justificación del clan Moreira Valdés para ocultar la información?
Su reacción tardía y torpe al quedar en evidencia legitima el estudio en comento, según el secretario de Finanzas del Estado, el gasto en publicidad el año pasado fue de 680 millones de pesos.
Cabe preguntarnos si este gasto en publicidad ha valido la pena. Al menos para la Región Lagunera, no. Sobre todo si al monto anterior le sumamos lo que cada uno de los 38 municipios del Estado malgastan en lo individual. Para muestra un botón. En nuestra golpeada ciudad de Torreón nos acabamos de enterar que el Municipio invirtió ese mismo año la cantidad de 71 millones de pesos. Cantidad que rebasa el tope del 3% de sus ingresos totales que establece el Artículo 251 del Código Financiero para los Municipios del Estado de Coahuila de Zaragoza.
Jesús Gerardo Puentes Balderas.
