‘Los dos infiernos’
Mientras que los del SNTE siguen negociando, haciendo valer su derecho contractual y salir lo mejor librados de las auditorías que el gobierno practica hacia el interior del Sindicato para luego, si hay tiempo, ver por los intereses de todos los maestros, no sin antes pactar alcaldías, diputaciones y uno que otro huesillo político dentro de sus enredos de las “alianzas”, los otros, en cambio, los de la CNTE siguen como elefante en cristalería rompiendo con todo lo institucional para que, a base de la fuerza y el recuerdo de antiguas guerrillas, llegar a tener beneficios adicionales en Michoacán, Chiapas y Guerrero.
Ahora el gobierno está entre dos infiernos pero con diferente diablo en lo que cree que atendiendo a la CNTE pondrá al país en paz en esa caja de Pandora que abriera Emilio Chuaffet.
Algo así como cuando Calderón pateó el avispero del crimen organizado y que a la larga ha costado tantas vidas.
Los maestros de la CNTE son activistas, logrados gracias a las antiguas prácticas prristas de las granjas, es decir, la crianza de grupos para echárselos encima a quienes les estorbaran en sus proyectos de permanencia en el poder; un adoctrinamiento a cambio de canongías allá en el sur, en los que no podían faltar los maestros.
En el norte, el maestro es más institucional, unos con el Sindicato y otros con la SEP, hasta pudiara verse como que se le teme más al primero que al segundo; sin embargo los maestros del norte han sido más sensibles a las actualizaciones permanentes de ahí que la reforma no los asusta ya que han sabido incorporarse a las demandas de la SEP con disciplina más que por convencimiento.
La disidencia magisterial en la Laguna no hace mella como en el sur pues su fuerza es relativamente débil pues su origen nace de buscar mejores condiciones de vida para ellos y sus familias y no el empoderamiento de las regiones a base de presión para incrustar sistemas o modelos políticos traídos del extranjero.
Incluso en la disidencia lagunera existen maestros muy cumplidos y su forma de manifestar sus ideas es a través de las reuniones sindicales en las escuelas o hacia el interior del SNTE, no en las calles.
Se pudiera decir que es a veces hasta un mal necesario para que el Sindicato no vaya más allá de los abusos y corrupción que ya se le conocen.
El infierno radica para quienes estando en medio de ambas fuerzas no llegan a conquistar los ascensos o las horas tantas veces deseadas y ganadas por el trabajo en el aula.
El peor error del gobierno es negociar con quienes no ostentan el contrato patronal creando con su intervención dos figuras gestoras de beneficios familiares y personales que en ambos casos poco, muy poco, será lo que verdadero docente obtenga.
Abrir dos puertas hacia este infierno no es la solución sino acrecentar el problema, por ello debe cerrar ya las posibles brechas que se hagan hacia el interior del Sindicato y la CNTE porque una vez que deje crecer a los enanos, ni Blanca Nieves podrá con ellos.
Miguel Gerardo Rivera,
Gómez Palacio, Durango.