En la columna Verdades y Rumores del miércoles 26 de junio leí que se había iniciado una serie de desencuentros entre el Teatro Nazas y la Camerata de Coahuila, en esta carta hago una reseña de cómo, cuándo y por qué se hizo el rescate del Cine Nazas.
Todavía en los años en que era gobernador Rogelio Montemayor, participé haciendo Brigadas Culturales, y parte de ese trabajo era hacer matinés gratuitas para los niños, y en uno de los cines que los hacíamos era el Cine Nazas. Y desde entonces me nació la idea de recuperar ese espacio para los torreonenses.
Posteriormente en el Gobierno de Enrique Martínez, fui nombrada directora del Icocult, y la directora estatal era Rosa del Tepeyac Flores. Desde ese espacio vi la posibilidad de que la Camerata tuviese su propia sede, ya que desde su fundación sufría infinidad de problemas y afrentas de la entonces directora del Teatro Martínez.
La obra se concluye, se agenda la inauguración, y Rosa del Tepeyac envía a María del Roble Barret, funcionaria de segundo nivel del Icocult, a que dirija el teatro, quien no fue bien recibida, pues se designaba como directora alguien de fuera.
Nunca pensamos en que ese teatro fuera a ser manejado como teatro privado, poniendo por encima el interés económico del interés público. Ya que recibe fondos públicos, debe privilegiar obras y proyectos culturales de calidad, desgraciadamente la mayoría de lo que se presenta no tiene ninguna.
Ingenuamente pensábamos que se empujarían proyectos, que sería una Catedral, nunca se pensó en el Teatro Blanquita.
Como sabemos, la Camerata ha sido tan exitosa que es un referente dentro y fuera del país por su gran calidad, pero los peores enemigos de ésta son los mismos que debieran defenderla.
Entiendo que la Sra. Barret no la quiera, ella es saltillense, pero los integrantes del patronato, todos gente muy querida, torreonenses de cepa, no deben hacer oídos sordos a caprichos y manipulaciones de la directora, quien no se detiene a hacer comentarios en su contra en las juntas de patronato.
¿Tan mal le parece que la Orquesta haya llevado el nombre de Coahuila y de Torreón muy en alto? ¿Le duele el éxito de la Carmina? ¿Le parece mal la diligencia y calidad con la que se ha presentado durante 19 años? ¿Por qué tanta perfidia? ¿Por qué ha aumentado esta insolencia? ¿Realmente qué es lo que busca? Será que se siente muy apoyada y por encima de nosotros, o quienes dirigen la Camerata son tan débiles y melindrosos que no defienden lo que debería ser de su interés.
¿Cómo se pretende hacer cultura, cuando ni siquiera se apoya lo que ya tiene éxito? Siempre han tenido la intención de llevarse la Camerata a Saltillo, y ahí sí, todo el mundo se rompe la vestiduras ante la afrenta, pero cuando se trata de defender lo que hay, Cinart, Teatro Mayrán, entonces oídos sordos, nadie asume el ánimo de unirnos en torno a ello.
Definitivamente, los peores enemigos de Torreón somos los de Torreón. Y eso seguiría aunque fuéramos, no digo estado, sino república independiente, en lo pequeño es donde se muestra el espíritu de un pueblo. Sería un buen cambio, empezar ya.
(Carta resumida)
Lucrecia Martínez de Santibáñez,
Torreón, Coahuila.
