‘Los olvidados’
Alegres los infantes en sus jardines de niños hablaban de que esa mañana irían, por fin, y por primera vez al circo. Una llamada tempranera de un alto funcionario de la Secretaría de Educación en la Laguna de Durango les ofrecía el destino de esos que generalmente pasan olvidados, mientras no halla campañas electorales; irían y entrarían al circo nada menos que con el “señor burbuja” atracción principal del espectáculo.
Según se les dijo, eran solo cinco los planteles seleccionados del sistema estatal de educación ya que el federalizado, por su número, llevaba más niños a su favor.
Cinco camiones los recogerían en sus escuelas y las madres de familia, apuradas, corrían por el lonche o hacían que los que ya lo llevaban de una vez se lo comieran. La cita era a las once de la mañana y los camiones debían de llegar a ,las diez. En otra parte de la ciudad el Sr. Gobernador, de gira, se perfilaba porque casi a la misma hora de la función circense, estaría en una recepción donde anunciaría las grandes obras que suelen no llegar a la Laguna y para ello se emplearon docenas de camiones de ruta para acarrear, perdón, trasladar a la gente al mencionado evento.
Total que camiones por aquí y camiones por allá, aquello era una fiesta de puros “camiones”.
La alegría de los niños, ya uniformados, embarrados de crema y algunos con el copete levantado gracias a las buenas artes de sus madres que con saliva saben peinar muy bien, iba en aumento.
Mientras que el número de asistentes que “voluntariamente” iban a escuchar al señor gobernador también aumentaba aunque no con el mismo entusiasmo.
Dieron las diez y las educadoras ya formaban a los niños porque llegando el camión había que subir de prisa para estar a tiempo a ver al señor burbuja. Y como la canción....”y les dieron las diez y las once, las doce y la una, las dos y las tres....” y ninguno de los camiones asignados a los cinco jardines de niños de mayor marginación llegaron por los niños; así como las burbujas del cirquero se deshicieron sus esperanzas de asistir por primera vez al circo.
Nadie dio una explicación, nadie dio la cara por ellos.
Alguien, seguramente decidió a última hora no mandar por ellos y destinar esos camiones a arrimarle gente al señor gobernador. Total, aquél evento era con el señor gobernador y el otro pues con niños; al final los niños solo son........ el futuro de México.
Ojalá que aún no sea tarde para recompensar la desilusión de estos menores y sobre todo recuperar algo de la poca credibilidad que tienen los políticos ante la gente.
Miguel Gerardo Rivera,
Gómez Palacio, Durango.
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Peligro latente
Muchas personas no respetan los límites de velocidad en algunas zonas que son cruce de peatones y ponen en riesgo a la gente. Ojalá la Dirección de Tránsito coloque más agentes en lugares que casi nunca los hay.
Carlos Ochoa,
Torreón, Coahuila.