‘La calidad’
Juan Poca Ropa, fue al Centro a tratar de comprarse una camisa y unos nuevos zapatos. Llegó a la tienda departamental más exclusiva del lugar y pidió, para probarse, 4 cuatro camisas. Después de medírselas y que todas le quedaron, pues Juan tiene un cuerpo de limosnero al que todo le va, pidió a la señorita encargada el precio. Mil doscientos pesos cada una; Juan pegó el grito en el cielo, -están carísimas- exclamó.
Decidió entonces ir a otra tienda más modesta del mismo mall e hizo la misma operación y nuevamente le resultaron muy caras, aunque de su medida. Entonces pensó, -¿por qué yo no puedo tener unas camisas como ésas? -de esa calidad, hermosas, elegantes, sedosas y hasta sin lavarlas huelen bien. Desistió de comprar camisas y se fue por los zapatos.
La tienda, elegante, de lujo, escogió tres pares, se los calzó, eran como su segunda piel, Juan sentía como que volaba cuando se los probó.
-Señorita, ¿cuánto valen estos zapatos?
-Dos mil quinientos pesos, Señor.
-¿Los tres pares?.-preguntó Juan.
-No, Señor, cada uno y eso que están en oferta.
Otra vez ahí va Juan buscando unos zapatos bonitos, de calidad, por todas las tiendas del mall. Muchos le gustaron, pero ningunos completó.
Así estimados lectores, la calidad cuesta, es cara, es notable, duradera, inconfundible, pero para llegar a ella debemos tener con qué conseguirla.
Yo le pregunto al gobierno federal: ¿tiene el dinero suficiente para emprender una cruzada por una educación de calidad?, o al final del sexenio nos vamos quedar como Juan, con los choclos más baratos y las camisas más corrientes. Ya reformó la ley de educación por la calidad, ya no por la cobertura o la equidad, ahora es por la calidad, pero recuerden que ésa cuesta.
Decía Chuayfet: los finlandeses son los primeros lugares en las pruebas PISA y en la OCDE. Los puso de ejemplo. Allá el gobierno funciona de otra forma y porque los finlandeses son, desde pequeños muy curiosos, investigadores natos, ya lo refería Julio Verne en su novela “Viaje al centro de la Tierra.”
No nos equivoquemos, hicieron una reforma laboral magisterial, no una por la calidad, sólo para estar al nivel de la globalización que les exigen desde otros países.
Pobre Juan, en qué lío te metiste, querer comprar sin dinero no es tu mejor opción.
Miguel Gerardo Rivera,
Gómez Palacio, Durango.
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‘Impunidad’
Seguimos con los casos raros de la ley y la impunidad; ¿cómo es posible que el estado federal y estatal le permitan a uno o varios individuos, seguir con el lavadero de dinero, emitiendo documentos apócrifos, vía placas de cartón, para que circulen vehículos de contrabando?, ¿donde está la aduana, para qué sirven los pedimentos de importacion?
Se sigue hable y hable, de no permitir a nadie fuera de la ley ni dejar que la impunidad, se enseñoree sobre la sociedad y que no más corrupción, pero el colmo de todos los descaros, al “compa” éste onappafo, ya tiene hasta marca registrada, tiene su ilegalidad, que las leyes siguen estando ciegas y todo es puro bla, bla, bla.
Bendito sea mi México,donde no pasa nada y todo es un “desmoder”; ¿quién realmente podrá aventarse el tiro con los “maistros” y con toda la impunidad y corrupción?
José Luis Nevárez Rosales.