2 de octubre del ‘68
Cada que llega esta fecha retrocedo a mi juventud de estudiante en el Instituto Politécnico Nacional (IPN); como cualquier estudiante quería aprender y ser alguien en la vida, ingeniero y lo soy.
En ese entonces recuerdo que hubo una pelea entre dos escuelas preparatorias, como ya era costumbre no nos podíamos ver los de la Universidad Nacional Autónoma de México y los del IPN, nos odiábamos por querer ser mejores en los equipos de futbol americano, pero esa pelea nos dejó unir; claro, salió muerto un compañero y creo que un policía, por lo que no estuvimos de acuerdo y comenzaron las marchas, o manifestaciones en contra del Gobierno dirigido por Gustavo Díaz Ordaz.
Pero quiénes eran esos del Consejo Nacional de Huelga (CNH), nada menos que el Partido Comunista Mexicano dirigido por Cué Pardiña, Demetrio Vallejo, Cabeza de Vaca, Jesús Lemus, de los más importantes y que como izquierdistas agarraron como carne de cañón a los que queríamos ser alguien en la vida.
Me entristecen los que murieron, siendo inocentes, pero luchadores por una causa que aunque no la vean así, esa lucha hizo reflexionar al país, y un ejemplo es que ahora hay universidades y tecnológicos en toda la república, lo que no había.
A eso lo llamo logro, y fue después de esas protestas, que me recuerdan varias manifestaciones que empezaron a mediados de ese año, protestas de todas clases contra el régimen del PRI que no cedían a la democracia; hubo manifestaciones mudas con miles de profesores, estudiantes y hasta el Rector de la Universidad defendiendo la causa estudiantil, llenábamos el Zócalo y gritábamos abiertamente pidiendo la salida del presidente que nunca se dio.
Después de analizar entre los verdaderos estudiantes, quienes iban a salir beneficiados, y nosotros como borregos, decidimos abandonar hasta el 2 de octubre las manifestaciones, que era una invitación de ir a Tlaltelolco, pero nos dimos cuenta que muchos soldados iban con guantes blancos, había muchos judiciales entre los manifestantes, tanques de guerra, y estábamos como se dice de a “pechito” en la Plaza de las Tres Culturas, cuando les dije a mis amigos: ¡Vámonos estos pin... militares van a matar gente! Dijo otro: ¡No! Y entonces los demás acordamos salirnos, y a lo lejos, cuando comenzaron los primeros disparos advertí: “Qué les dije cab.., ¡vámonos!”
Y recuerdo una multitud corriendo por todos los edificios, nos regresamos a la colonia y platicábamos esto ya se acabó, nunca nos dieron armas para enfrentarnos y creo que los dirigentes van a agarrar buen “hueso”, y los muertitos que ni la debían...
Qué poca ma... de los dirigentes y militares mandados por Echeverría, los padres que con sacrificios hacen que estudiemos para superarnos y ya enlutaron a muchos, considero que fueron a parar entre 200 a 400 muertos -no, creo que más- al Campo Militar a las fosas.
Esto nos relata que hubo un cambio en la forma de gobernar y tomar en cuenta el progreso de México; luego vinieron las Olimpiadas con “Queta” Basilio y el programa de Paz al Mundo sin decir ¡2 de octubre no se olvida!
Sergio Zúñiga Pérez.
