Que se piense en el niño no nacido
Con referencia a la aprobación de la nueva ley del aborto, el Foro de la Familia hizo público un comunicado en el que se hacía las siguientes afirmaciones:
-El problema es que esta forma de afrontar el aborto es una gran mentira que oculta y obvia la realidad de las cosas: todo aborto es un niño que no llega a nacer porque se le ha destruido antes y es una mujer que resuelve un problema real de una forma profundamente injusta.
-La doble mentira subyacente a esta forma de defender el aborto, ya que pone de manifiesto varias cosas relevantes: 1º) para defender el aborto hay que mentir y ocultar la realidad en qué consiste; 2º) esta defensa del aborto implica una expresa voluntad de engañar, ocultando y distrayendo la atención de su realidad objetiva; 3º) los defensores del aborto que siguen esta estrategia (como los 50 famosos del video) han decidido –por razones que no nos explican ni quieren explicarnos– que el niño por nacer no debe ser tenido en cuenta, que no merece ni que se le considere ni siquiera como un dato a valorar; 4º) para estos defensores del aborto, la mujer real y sus problemas son mercancía sin valor al servicio de sus intereses ideológicos; tratan a la mujer como si para ella el aborto fuese sin más un ejercicio de libertad intrascendente, ajeno a sus problemas personales y a su responsabilidad como madre de un niño en sus entrañas.
-Al servicio de esta estrategia de manipulación de la opinión pública, los defensores del aborto sugieren incluso que referirse al no nacido es un atentado y desconsideración con la mujer embarazada. Esta forma de presentar el problema supone un profundo desprecio a la mujer por parte de los abortistas pues considera que la embarazada no es capaz de hacerse cargo de la realidad de las cosas, de la realidad de la vida que crece en su seno; y que hay que protegerla frente a este dato, negándolo.
Jesús D. Mez
Madrid, España.
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La productividad agónica
La creatividad, la eficacia, la eficiencia, la “obra bien hecha”, la dedicación esforzada a las obligaciones laborales tienen poco que ver con el dogma econométrico de la productividad .
Que un liberal como Max Weber escribiese ya en 1905 que “la productividad debería ser enviada al infierno en lugar de ser entronizada por la Economía” nos revela la suntuosa astucia que el mal uso de este término puede tener en las propuestas políticas. La productividad está teñida de condicionantes muy diversos y si sufre un choque de aceleración debido a una economía de competencia global indisimulada convertirá a las máquinas en dioses y a los hombres en máquinas o lo que es peor en cadáveres enterrados entre los cascotes de las fábricas de textiles tal como sucede en Indonesia, Pakistán, Bangladesh...
Como afirmó el profesor Ricardo Almenar en “El fin de la expansión” en la “era del mundo lleno” el papel limitador de la actividad económica no estaría tanto en las técnicas, conocimientos, ordenación del capital humano, máquinas e instalaciones del capital de formación humana como en “El capital ecológico superviviente” de crecimientos ficticios, en no pocas ocasiones, de la productividad que resultaron asfixiantes para la economía cuando no tóxicos incluso para sus momentáneos beneficiarios.
Luis Fernando Torres
Zaragoza, España.
