Nueva dinámica en la Iglesia. El Papa Franciso marcó su sello además con una Vigilia Pascual breve.
El Papa Francisco celebró el sábado una ceremonia abreviada de la vigilia de Pascua luego de mostrar un acercamiento a los musulmanes y a las mujeres durante la Semana Santa, en la que empezó a dejar su sello en la Iglesia Católica.
El nuevo pontífice ingresó a la Basílica de San Pedro en penumbras y en silencio para oficiar la ceremonia del Sábado Santo, que evoca el lapso entre la crucifixión de Cristo en el Viernes Santo y su resurrección en el Domingo de Pascua.
Uno de los momentos más dramáticos de la vigilia de Pascua se solía presentar cuando el Papa compartía la llama de su vela con otros hasta que la basílica era iluminada tenuemente con luz centelleante. Ese acto se recortó este año al igual que la lectura de pasajes del Viejo Testamento.
El Vaticano ha explicado que esas decisiones son congruentes con el propósito del Papa Francisco de que sus misas no sean demasiado largas. La ceremonia de la vigilia de Pascua con el Papa Benedicto XVI por lo general se prolongaba por tres horas. El nuevo ha expresado que prefiere que las misas sean cortas y en un momento se le vio mirando su reloj durante su ceremonia de entronización el 19 de marzo.
Una vigilia de duración reducida, y un comienzo más temprano de lo usual fueron algunas de las novedades de esta Semana Santa bajo un Papa jesuita argentino que hace sólo dos semanas sorprendió al mundo al emerger de la galería de la Basílica de San Pedro, después de su elección, con un sencillo saludo, "hermanos y hermanas, buenas noches".
El Papa Francisco ha inquietado a muchos tradicionalistas pero ha cautivado a muchas mujeres y liberales al lavar y besar los pies de dos jóvenes reclusas en un centro de detención de Roma, cuando en el ritual por lo general sólo participan hombres.
Un día después, Francisco encomió la "amistad de tantos hermanos musulmanes" durante la procesión del Viernes Santo que reproduce el camino de Jesús hacia la crucifixión y que este año estuvo dedicada a las penurias de los cristianos en el Medio Oriente.
En su homilía del sábado, el pontífice mantuvo su mensaje sencillo y apegado a las enseñanzas litúrgicas, recordando cómo los discípulos de Jesús hallaron su sepulcro abierto un día después de su muerte y se sintieron sorprendidos y confundidos.
"Nuestros problemas cotidianos y preocupaciones nos pueden llevar a aislarnos, en tristeza y amargura, y es ahí donde está la muerte", destacó. "Permitamos que Jesús ingrese en nuestras vidas, démosle la bienvenida, con confianza: ¡él significa la vida!".
Poco después bautizó a cuatro hombres, como parte del ritual de la vigilia de Pascua.
Unas horas después de la vigilia, el Papa Francisco celebrará el domingo la Misa de Resurrección y dará su mensaje "Urbi et Orbi", que significa en latín, "A la ciudad y al mundo". Por lo general el Papa da su mensaje de Pascua en decenas de idiomas.
En sus dos semanas como pontífice, ha sido evidente que Francisco no se siente cómodo cuando habla en lenguas distintas al italiano. Incluso se ha abstenido de hablar español cuando parecía que la ocasión lo ameritaba. El Vaticano ha dicho que esa decisión de no pronunciar mensajes en su lengua materna ha buscado evitar que se sientan discriminados los hablantes de otros idiomas.
Francisco causa reacción
El Papa Francisco se ha ganado muchos corazones con su estilo sencillo y sus exhortos a ayudar a los más pobres del mundo. Sin embargo, ha conturbado a los católicos tradicionalistas que adoraban a su antecesor Benedicto XVI, quien restituyó parte de la pompa tradicional en la figura del pontífice.
La decisión de Francisco, de desatender una regla de la Iglesia y lavar los pies a dos jovencitas, una musulmana serbia y una católica italiana, durante el ritual del Jueves Santo, ha sido para esos tradicionalistas la gota que derramó el vaso: una evidencia de que el nuevo Papa tiene poco o nulo interés en una de las prioridades de Benedicto: revivir las tradiciones anteriores al Concilio Vaticano II en la Iglesia.
Uno de los "blogs" tradicionalistas con más lectores, "Rorate Caeli", reaccionó a la ceremonia del lavatorio declarando que había muerto el proyecto de ocho años de Benedicto para enderezar lo que el entonces pontífice consideró interpretaciones erróneas de las reformas modernizadoras del Concilio.
"Por ejemplo, ha llegado oficialmente el final de la reforma a la reforma", deploró "Rorate Caeli" en su reporte sobre el ritual del Jueves Santo. Un comentarista argentino, quien reaccionó a la elección de Francisco con un artículo titulado "¡El Horror!".
Las llaves de la confianza del Santo Sepulcro
Estos días, cuando los ojos del mundo cristiano todos estaban puestos en Jerusalén, un hecho, que podría parecer ilógico, era pieza esencial en la dinámica que hizo posible los rezos de Semana Santa: para poder entrar diariamente al Santo Sepulcro, escenario de la crucifixión y muerte de Jesús, era imprescindible recurrir a los ya tradicionales servicios de dos familias musulmanas que desde hace siglos comparten la responsabilidad en el lugar. Ello se remonta a 1191, cuando Saladino, previo acuerdo con Ricardo Corazón de León, encomendó a la familia Nuseibeh las llaves del sitio más sagrado para el Cristianismo. Unos siglos después, también la familia Judeh fue incorporada a dicho rol al dársele la responsabilidad de la guardia nocturna del lugar... Hoy, más de 800 años más tarde, ambas familias siguen cumpliendo sus respectivos deberes como una misión que pasa de generación en generación.
Pero de la llave se encargan sólo los Nuseibeh y en la actualidad, el responsable es Wajeeh Nuseibeh, quien heredó el cargo de su padre y quisiera que cuando él ya no pueda cumplirlo, lo desempeñe uno de sus hijos, algo por ahora incierto.
No es poca cosa este rol, inclusive para una familia como la Nuseibeh, que sostiene haber recibido las llaves de Jerusalén de manos del califa Omar hace ya mil 400 años. Y cuando de fondo hay una situación de complejas tensiones y recelos por el control interno en el santuario entre las distintas comunidades cristianas que lo manejan, la ceremoniosa apertura diaria del Santo Sepulcro por parte de un musulmán puede que sea un antiguo invento que hoy tiene sabias connotaciones. La puja por el control, la división de jurisdicciones entre los ortodoxos griegos (que tienen la mayor parte), los franciscanos y los armenios, ha desembocado en más de una ocasión en peleas a golpes entre los monjes. Nuseibeh intenta ayudar a calmar las tensiones que presenta como "problemas entre hermanos", afirmando que se siente a veces como "de las Naciones Unidas". Lo delicado del así llamado 'status quo' es lo que garantiza que esta tradición se perpetúe y que nadie haya intentado seriamente quitar a los Nuseibeh el rol que desempeñan.