Celebración. La canciller Angela Merkel realizó una corta visita al Papa Francisco. El Vaticano celebra el día de Pentecostés ante 200 mil fieles.
El Papa Francisco recorrió ayer sábado la Plaza de San Pedro para saludar a decenas de miles de personas que asistieron a una jornada de oración, música y discursos, y abrazó al hermano de un político paquistaní que fue asesinado en su país después de reclamar mayor libertad religiosa para los cristianos allí.
Poco antes, el pontífice recibió a la canciller federal alemana Angela Merkel, que hizo una breve visita a Roma, consciente de la importancia de los votantes cristianos para las elecciones de septiembre. Ambos manifestaron preocupación por las numerosas víctimas de la crisis económica europea. El Papa argentino continuó las campañas de sus dos predecesores, el polaco Juan Pablo II y el alemán Benedicto XVI, para vigorizar el cristianismo en un continente en el que la cifra de fieles ha disminuido.
La amplia plaza frente a la Basílica de San Pedro era tradicionalmente el límite para que los pontífices saludaran a los fieles en las reuniones al aire libre en la Santa Sede, pero el Papa Francisco sigue extendiendo los límites.
INUNDAN SAN PEDRO POR PENTECOSTÉS
En un jeep blanco abierto, el pontífice recorrió la plaza para saludar a los fieles que lo habían aguardado durante horas en la jornada vespertina destinada a estimular a los católicos a vigorizar su fe. El Vaticano calculó la multitud en 200,000 personas.
Con saludos joviales y a veces arrojando besos a la entusiasta multitud, Francisco traspuso con el papamóvil el extremo de la plaza y siguió en parte por la avenida que va del Vaticano al río Tíber antes de dar la vuelta. Durante el recorrido pasó por cafés, tiendas de regalos y un hotel popular entre los peregrinos.
Francisco también abrazó a Paul Bhatti, un orador en la jornada. Su hermano Shahbaz, un ministro del gobierno paquistaní, quefue asesinado en 2011 después de reclamar reformas a una ley sobre blasfemia lesiva para los cristianos.
Antes, durante la jornada, el Papa habló en privado con Merkel durante 45 minutos en el Palacio Apostólico.
El partido demócrata cristiano de la canciller depende en gran medida del apoyo de los votantes protestantes y católicos, y el encuentro con el Papa podría representar un impulso a su campaña reelectoral para alguien identificada por los europeos como paladín de la reducción de la deuda pública a costa de una dolorosa austeridad.
Por su parte, el Vaticano recibe de buen grado a todo aliado en su campaña por afianzar a las sociedades europeas en su tradición de raíces cristianas. La Iglesia también busca apoyo en nombre de los cristianos que enfrentan persecución en el mundo.
El Papa fustigó el jueves lo que calificó de "culto del dinero" en un sistema financiero global que acaba tiranizando a los pobres del mundo en vez de ayudarlos.
Cuando se le preguntó si habían hablado sobre las recientes críticas del pontífice, Merkel respondió que trataron sobre la regulación de los mercados financieros.