En llamas. Varias personas queman un coche que pertenece a los Hermanos Musulmanes tras el funeral por los 12 muertos en un atentado en la sede de la policía en Masoura, Egipto.
Las fuerzas de seguridad de Egipto frustraron un intento de fuga de presos de la cárcel de la ciudad de Masoura, donde la madrugada de ayer se registró un atentado que causó trece muertos, dijo una fuente del Ministerio del Interior.
La fuente explicó que la prisión está cerca del lugar del ataque y que los presos intentaron salir sin éxito, al considerar que "sería más fácil hacerlo con un ambiente de caos en el exterior".
Asimismo, precisó que los presos están bajo el "control total" de las fuerzas de seguridad, que impidieron su fuga.
La situación es tensa en Masoura, capital de la provincia de Dakahliya y ubicada en el delta del río Nilo, donde un coche-bomba explotó contra la sede de la Dirección General de Seguridad, causando al menos la muerte a 13 personas y 134 heridos.
Es el ataque más mortífero hasta la fecha en la campaña de violencia desatada hace varios meses y que las autoridades atribuyen a extremistas islámicos.
La televisión estatal ofreció imágenes de la zona del atentado, donde se concentraron numerosas personas para mostrar su respaldo a las fuerzas del orden egipcias.
Un vehículo fue incendiado en el lugar, después de que su conductor hiciera el símbolo que suelen emplear los islamistas en sus protestas y fuera perseguido por una turba de personas, que impidió a los bomberos acercarse a apagar las llamas, según la televisión.
En esta ocasión responsabilizaron a la Hermandad Musulmana, que ha estado orquestando una campaña de protestas contra el gobierno desde que el presidente Mohamed Morsi fue destituido en un golpe de estado en julio. A su vez, la Hermandad acusa al gobierno de tratar de usarla como chivo expiatorio, a fin de justificar la represión.
En el funeral de los 12 policías y el civil que perecieron, cientos de personas acudieron a la plaza central de Masoura, la ciudad donde ocurrió el ataque.
"¡Ejecuten a la Hermandad Musulmana!" y "¡No a los grupos terroristas!" coreaban los asistentes a las ceremonias fúnebres. Muchos sostenían retratos del mandatario actual, el general Abdel-Fata el-Sisi.
La Agencia de Noticias del Medio Oriente (MENA) citó al vocero del gabinete, Sherif Shawki, al decir que la Hermandad Musulmana mostró su "feo rostro como una organización terrorista, derramando sangre y metiéndose con la seguridad de Egipto".
Ningún grupo se ha adjudicado el ataque en Masoura, una ciudad a 110 kilómetros al norte de El Cairo. El atentado se registra un día después de que un grupo inspirado en la red Al Qaeda exigió a personal de la Policía y el Ejército desertar o enfrentar la muerte a manos de sus combatientes.
El grupo, con sede en el volátil Sinaí, y otros se han responsabilizado de un incremento en el número de ataques contra las fuerzas de seguridad desde el golpe de estado.
En los últimos meses Masoura ha sido escenario de enfrentamientos entre los seguidores y los opositores del depuesto presidente Mohamed Mursi, desbancado en julio pasado por el Ejército.
Durante la revolución que apartó del poder al presidente Hosni Mubarak a comienzos de 2011, miles de presos se escaparon de las cárceles aprovechando la situación de caos que reinaba en el país, entre ellos Mursi, que ahora afronta un juicio por esa causa.
Por otra parte, la Presidencia egipcia declaró tres días de luto por el atentado de Masoura.
El Ministerio del Interior señaló en un comunicado que, de acuerdo a las primeras investigaciones, el ataque fue perpetrado por un suicida que conducía un vehículo cargado de explosivos que lo hizo explotar tras romper las barreras de seguridad de la sede.
Desde el golpe de Estado contra Mursi, han aumentado los ataques terroristas contra las fuerzas de seguridad egipcias, que comenzaron en la península del Sinaí, donde tienen sus feudos varios grupos extremistas, pero se han extendido al resto del territorio egipcio.