La fiscal general del estado, Celia Rivas Rodríguez, confirmó que la muerte en esta capital de un empleado del Servicio de Administración Tributaria y de su esposa, localizados la víspera en su domicilio, se debió a un problema pasional.
En entrevista, descartó la posible intervención de una tercera persona en la muerte de Julio César Castro Alejo, quien se desempeñaba como jefe de departamento en el SAT en Yucatán, así como de su esposa Gemma Guadalupe Pech Castillo, quienes fueron encontrados por un familiar 12 horas después de haber fallecido.
Indicó que, de acuerdo con las investigaciones y el peritaje realizado en el domicilio de las víctimas, ubicado al nororiente de esta capital, “no hay participación de una tercera persona, fue un conflicto que se dio entre la pareja”.
Según las primeras investigaciones, el funcionario federal habría agredido a golpes y luego asesinado a su esposa con un cuchillo, y posteriormente él se suicidó utilizando la misma arma.
En las indagatorias, abundó, se enseña claramente que hay testigos, familiares que comentaron que la pareja tenía problemas desde hace ya mucho tiempo, “desgraciadamente esto derivó en la muerte de ambos”.
Rivas Rodríguez insistió en que el móvil del crimen fue de tipo pasional, “sabemos que discutieron muy fuerte, y según las investigaciones que hicimos, terminó en la muerte de los dos”.
Señaló que la localización de los cuerpos se da unas 12 horas después del fallecimiento, dado que “nos dan aviso a las 14:00 horas y los peritajes nos indican que el hecho se registró en las primeras horas de ayer o en el transcurso de la madrugada”.
La también ex procuradora de la Defensa del Menor y la Familia comentó que dos niños quedaron en la orfandad, los cuales al momento del deceso de sus padres se encontraban con sus abuelos, con quienes permanecen hasta este momento.
Los dos últimos crímenes similares ocurrieron en mayo de 2012, cuando un ex líder taxista, José Camilo Campos Puerto, mató a su ex esposa Marisela Ucán Pech y luego se suicidó; así como en noviembre del mismo año, en la villa de Halachó, donde Silverio Ku Tut envenenó a su esposa Yuriku Ruiz Ku y posteriormente se ahorcó.