El presidente de El Salvador, Mauricio Funes, señaló hoy que el acceso “desmesurado” a las armas por parte de ciudadanos, el narcotráfico y adictos a las drogas vulnera el control del Estado en las sociedades.
“Convivimos con ejércitos urbanos cada vez más grandes que hacen de las armas no sólo un símbolo de seguridad sino de poder y del miedo, se vuelve símbolo de destrucción y muerte porque las armas son herramientas para perpetuar el crimen”, dijo Funes durante un panel sobre inseguridad ciudadana.
El mandatario cuestionó el “control efectivo” que un Estado puede tener de la sociedad, cuando existe “un desmesurado acceso de sus ciudadanos a las armas, un mercado cada vez más creciente del narcotráfico y con manifestaciones cada vez de mayor dependencia”.
Funes participó en la conferencia “Inseguridad ciudadana en América Latina: una amenaza al desarrollo” organizada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial (BM).
Indicó que El Salvador tiene 23 mil efectivos policiales y 14 mil militares, sin embargo existen entre 25 y 28 mil guardias de seguridad privada. Agregó que en su país el 7.0 por ciento de la población está armada y más de la mitad de forma ilegal.
Recordó que Centroamérica se ha convertido en el corredor del narcotráfico y al estar en la ruta de los países productores de América del sur y los grandes consumidores en América del Norte, el narcotráfico movió más de 100 millones de dólares en la región.
Por su parte, Luis Alberto Moreno, presidente del BID señaló que América Latina vive una “enorme paradoja” porque ha logrado triplicar el ingreso per cápita, terminar con la hiperinflación y registrar una muy importante reducción en la pobreza, sin embargo “la región sigue siendo una de las más inseguras del mundo”.
Indicó que la inseguridad tiene un costo económico, porque reduce el Producto Interno Bruto hasta el 7.0 por ciento por su impacto en el turismo, la competitividad y la reducción de la inversión extranjera.
