Querétaro se sobrepuso a las desventajas de par de goles que tuvo frente a Monterrey, y con gran garra y empuje rescató un 3-3 en la Corregidora. (Jam Media)
Los Gallos demostraron que son de pelea, al no darse nunca por vencidos, porque a pesar de ir 1-3 abajo en el marcador, sacaron las espuelas para empatar a tres contra el Monterrey.
De esta forma, los queretanos llegan a cuatro unidades en el torneo, aunque la mala nota, dentro de la buena, es que siguen sin ganar en casa, en tanto que los Rayados no triunfan en el torneo y con apenas dos empates, suman par de puntos.
Juego de nervio, juego abierto y con su majestad el gol, siempre presente. Fue Monterrey el que apostó por dar el primer golpe y en una jugada de tres toques, Suazo abrió el marcador. Los Gallos reaccionaron con más ímpetu que orden, pero Jonathan Orozco respondió en grande al atajar todo.
El conjunto regio se fue al descanso con dos goles de ventaja, cuando Jesús Zavala disparó de fuera del área y la defensa queretana desvió para vencer al portero Édgar Hernández.
Mas algo les dio Ignacio Ambriz a sus hombres, pues en el segundo tiempo salieron con la mira puesta, dispuestos a no fallar.
Wilberto Cosme despertó al gallo, acercó el marcador y aunque el ánimo bajó con el golazo de Dorlán Pabón, la espuela estaba afilada.
En dos minutos, Querétaro igualó el marcador.
Primero Esteban Paredes concretó un penalti a su favor y después vino la locura.
En un centro por la derecha, Yasser Corona alcanzó a rematar con la cabeza, la pelota iba para afuera, pero Hiram Mier, en su intento de despejar, tocó el balón lo suficiente para meterlo en propia cabaña.
Con seis goles en el juego, La Corregidora estaba vuelta loca y los equipos se contagiaron de eso, se brindaron y fueron por lo único que es suficiente: la victoria.
Jonathan Orozco por un lado y Édgar Hernández por el otro se multiplicaban para tapar los balones enviados por las delanteras, que estaban hambrientas de más anotaciones.