El inglés Paul Gascoigne. (AP)
Con manos temblorosas, dificultad para hablar y una retahíla de palabras soeces, Paul Gascoigne lució muy diferente al que asombró al mundo del futbol en la Copa Mundial de 1990.
Su presentación en un acto de caridad ha renovado los temores sobre la salud de uno de los futbolistas ingleses más talentosos y populares, y algunos creen incluso que su vida corre peligro.
Gascoigne se ha visto plagado por problemas de alcoholismo y salud mental desde que dejó el futbol en 2005. Pero había llevado una vida relativamente silenciosa en los dos últimos años hasta que se presentó en un acto en Northampton, en el centro de Inglaterra, y una videograbación apareció en el cibersitio del periódico británico The Sun ayer. Su agente dijo que Gascoigne había estado bebiendo nuevamente.