Ni el más experto guionista de todos los tiempos podría haberse imaginado el desenlace de la historia que protagonizaron las Águilas del América y los Cementeros del Cruz Azul. La empresa dueña del actual campeón transmitió la mejor telenovela de los últimos años en su canal de televisión.
La Máquina tuvo en su haber la novena estrella. Todo estaba predestinado a terminar con la sequía de más de quince años. La losa pesada y los fantasmas que cargan tanto plantel como directivos por fin parecían terminar. No hay más, el cuadro celeste se confió tanto con el hombre expulsado del América, la tan engañosa ventaja de dos goles y el tiempo que seguía avanzando sin sufrir daño alguno.
Luego de los 90 minutos de ida y 88 de vuelta, por fin la zaga americanista pudo romper la línea defensiva del Cruz Azul y llegó el tan anhelado grito de parte de los azulcremas, el grito esperanzador.
El escenario de lo que estaba por venir era inmejorable; un pletórico Estadio Azteca lleno en su totalidad revivió a los 100 mil espectadores que ya se mostraban resignados. En el Coloso de Santa Úrsula la lluvia parecía interminable. Las gradas estaban contagiadas de locura, emoción y ansiedad.
Terminaba el tiempo regular y en el último suspiro, sólo algo extranormal podría mandar al alargue. No sé si sea la "suerte de campeón", la falta de capacidad por parte de un equipo que no supo aprovechar el hombre que tenía de más y la ventaja de dos goles, o simplemente fue la garra y entrega del cuadro americanista que nunca se dio por vencido a pesar de las adversidades. Moisés Muñoz se convertía en el héroe y Alejandro Castro en el villano.
El tiempo extra fue sólo un trámite para llegar al máximo punto de nerviosismo en un aficionado a este deporte: los penales. Dos tiros erróneos al principio por parte de los celestes y una ronda de disparos ejecutados perfectamente por los locales permitieron que las Águilas lograran alcanzar la gloria después de ocho años.
Luego de dos intentos frustrados, Miguel Herrera por fin se posiciona en la lista de directores técnicos campeones; toda la afición pudo percatarse de la emoción en su ser tras sus eufóricos festejos.
Hoy, gran parte del país conmemora el onceavo campeonato de liga del América. Los dos equipos históricos y máximos rivales en México ahora están en igualdad de títulos. Tú, Cruz Azul, estuviste más cerca que nunca y ahora la espera seguirá quién sabe por cuántos años más. Si bien tu afición no se conformará con la Copa, sabrán que no moriste de nada, que dejaste todo en el campo. Y tú, América, no es que los aficionados a otro equipo te odien más con este campeonato, más bien te ganaste el cariño de tus propios con la lucha que protagonizaron los diez hombres dentro de la cancha.
Felicidades al conjunto azulcrema por consagrarse campeones del Clausura 2013 de la Liga Mx.
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