QUETTA, PAKISTÁN.- Fuerzas paquistaníes tomaron por asalto un hospital que había caído en manos de extremistas ayer sábado en una conmocionada provincia del suroeste del país. Los efectivos liberaron a rehenes y pusieron fin a un enfrentamiento de cinco horas que terminó con varios ataques que dejaron un saldo de 22 muertos.
La violencia subrayó los retos que enfrenta el nuevo primer ministro Nawaz Sharif para imponer la calma en Baluchistán, una región abrumada por un movimiento separatista, los talibanes y grupos sectarios violentos. La Policía informó que seis atacantes perecieron en el enfrentamiento.
Los habitantes de Baluchistán se sienten presionados desde hace mucho por lo que consideran la explotación del gobierno central del crudo, gas natural y minerales valiosos en una provincia con un alto nivel de pobreza. La zona también ha sido severamente afectada por ataques de extremistas islámicos sobre la minoría chií y los talibanes afganos usan el árido y poco poblado a manera de refugio. El peor ataque del sábado fue en la capital provincial de Quetta y pareció estar dirigido contra la minoría chií. Una explosión destrozó un autobús lleno de universitarias, con un saldo de por lo menos 14 muertos.
22
PERSONAS
Murieron en tres ataques en Pakistan en 5 horas.