"Don Carlos, soy Andrés Granier, ¿podría hablar con usted mañana?". El mensaje de texto llegó a mi celular a las 22:07 horas del sábado 8 de junio. El teléfono se recargaba en el buró del cuarto totalmente oscuro. Yo estaba en la cama a punto de dormir. Le contesté rápidamente que desde luego. Me reviró: "Le aprecio por haberme contestado. Era mi palabra. ¿Se acuerda que le dije?".
"Por supuesto, y le agradezco la confianza", le puse y me escribió que se reportaría conmigo el domingo en la mañana. Nos dimos las buenas noches. Habían transcurrido ocho minutos. Las preguntas empezaron a desfilar en la cabeza, se me fue el sueño por un rato, intercambié un par de correos con dos colaboradores poniéndoles en antecedente: "se me hace que el lunes lo tenemos".
Llevaba un par de meses persiguiendo esa entrevista. Había logrado intercambiar con el exgobernador de Tabasco un par de comunicaciones convocándolo a Televisa. Había dicho que sí, pero la fecha la debían autorizar sus abogados.
Dos horas antes de que me cayeran los sorpresivos mensajes de Granier en sábado, había sido aprehendido quien era su secretario de Finanzas, José Manuel Saiz Pineda. Lo agarraron, con la colaboración de las autoridades estadounidenses, cuando intentaba cruzar hacia Texas por Tamaulipas.
El domingo a las dos de la tarde en punto, vibró mi celular. Como siempre, lo traía en el bolsillo. Andrés Granier me dijo que estaba listo para dar la entrevista al día siguiente, lunes. Me reveló que estaba en Miami y no me pidió mantener eso en secreto. Le dije que la Producción de Primero Noticias se pondría de acuerdo con su equipo para enviarle una unidad móvil y hacer la transmisión a las 7 de la mañana hora de México, 8 de la Costa Este de Estados Unidos.
Primero pidieron que fuera en el hotel St. Regis de la avenida Collins de Miami Beach. Por problemas de logística, finalmente se llevó a cabo a un par de edificios de distancia, en el lobby de una torre de departamentos. Él llegó al lugar en camioneta.
"Estoy en la ciudad de Miami… en las próximas horas yo me voy a México, me voy por si tengo que presentarme en alguna dependencia que me requiera", fue lo primero que reveló al aire. Prometió no huir. Declaró que tenía trece propiedades y 25 millones de pesos.
Apareció en pantalla muy desmejorado físicamente. Durante la entrevista revisé mi Twitter de reojo un par de veces. Sólo detecté repudio al exgobernador, y alguna defensa aislada. Granier se ha vuelto un símbolo de corrupción y él lo sabe. Le costará mucho trabajo quitarse eso de encima. Dar la cara es su primer movimiento.
SACIAMORBOS
Como en el caso de Elba Esther Gordillo, en Los Pinos se tendrá que tomar una decisión. El escándalo que pone en tela de juicio al partido en el poder federal. Cuando le pregunté a Granier de su relación con Peña Nieto se limitó a decir que: "lo reconozco como un gran presidente".