Guillermo Ochoa tuvo una destacada actuación en el partido entre Ajaccio y París Saint-Germain que terminó empatado a ceros. Guillermo Ochoa para
Príncipe de cabello ensortijado, capaz de robarle el aliento a los miles de "lacayos" que rinden pleitesía a ese sueco que, en la capital francesa, significa mucho más que un simple heredero al trono futbolístico.
Zlatan Ibrahimovic es rey en la Ciudad Luz, pero ayer se fue a la cama amargado. Guillermo Ochoa le arrebató la dicha con las inverosímiles atajadas del segundo tiempo.
Punto de oro para el Ajaccio (0-0) en el hogar del todopoderoso París Saint-Germain, cortesía de ese guardameta que demostró poseer el linaje necesario para brillar en el Parque de los Príncipes.
Eso explica que varios de sus compañeros lo abrazaran después del silbatazo final. Salieron vivos de la guarida parisina, cuyas fieras se quedaron con las ganas de morderlos. Segundo choque entre ambos equipos durante la actual temporada; 180 minutos sin gol.
Ibrahimovic se quedó muy cerca de romper el maleficio, pero Ochoa no se intimidó cuando lo tuvo frente a sí.