Hallazgo de un pescador
Rudesindo Cantarell Jiménez, un humilde pescador chiapaneco, nunca soñó el impacto que tendría en la historia del país. Fue en la década de 1960 cuando vio por primera vez, mientras se encontraba en una embarcación cercana a las costas de Ciudad del Carmen, una ‘chapopotera’. Del fondo del mar salía una columna de un líquido viscoso negro que manchaba el azul de las aguas de la sonda de Campeche en el golfo de México.
Cantarell se dio cuenta de que en ese lugar podía haber petróleo y trató de alertar a los directivos de Pemex, quienes no le hicieron caso en un principio. Años después se confirmó que en la zona señalada por el pescador había, efectivamente, un yacimiento petrolero. El anuncio oficial se hizo en 1976 y en 1981 empezó la producción de lo que ha sido el yacimiento petrolero más productivo y rentable de la historia de nuestro país.
El hallazgo del yacimiento de Cantarell fue el equivalente de haberse sacado la lotería. Durante décadas Petróleos Mexicanos ha sacado del depósito de aguas someras miles de millones de barriles de crudo que han generado cientos de miles de millones de dólares en ingresos para el país.
Ganarnos la lotería, sin embargo, nos hizo flojos. Nos hizo pensar que para ser un país petrolero sólo teníamos que sentarnos a esperar a que se registraran hallazgos espectaculares y empezaran a fluir los barriles de petróleo y los dólares a manos llenas. Nunca entendimos que lo ocurrido en Cantarell fue excepcional.
Con el descenso de la producción de Cantarell ha caído también la de Pemex. En 2004 la paraestatal logró un nivel máximo de producción de 3.4 millones de barriles diarios de petróleo crudo. Para 2012 la cifra bajó a 2.5 millones. La prohibición a la inversión privada ha sido un factor importante en esta caída. Pemex, una empresa que ha sido saqueada por la Secretaría de Hacienda, no ha tenido los recursos ni la tecnología para encontrar y desarrollar nuevos yacimientos. A las empresas petroleras privadas, con experiencia y tecnología, no se les ha permitido hacer prospección en nuestras tierras o mares. Y ya no ha habido ningún pescador que aparezca con información sobre un nuevo depósito enorme escondido en algún lugar.
El petróleo puede ser una llave para la generación de prosperidad, como lo han mostrado otros países del mundo, pero también una razón de inmovilidad. Durante tanto tiempo nuestro país ha vivido de los frutos de un hallazgo fortuito que no nos percatamos de que incluso en el negocio petrolero hay que invertir constantemente para salir adelante.
Quizá al final Rudesindo Cantarell nos hizo un mal. Si bien es verdad que encontró un yacimiento petrolero que generó cientos de miles de millones de dólares para el erario mexicano, los cuales han sido en buena medida desperdiciados en gasto corriente, su hallazgo también produjo una actitud de negligencia que ha hecho que se mantengan restricciones a la inversión en la industria petrolera. Estas restricciones han provocado una declinación en la producción mexicana de la materia prima más valiosa del mundo.
Twitter: @SergioSarmient4