Para todos los amantes de los deportes, nos es un poco difícil de digerir el gran fracaso que resultó ser Lance Armstrong. Aquel ídolo que nos mostró una manera nueva de enfrentar nuestros problemas, que cuando las adversidades eran más fuertes, cuando todo se veía en contra, seguir luchando y, como decía la leyenda de la pulsera, Live Strong, vivir intensamente, teníamos como luchar. Que quizá nuestros problemas no eran tan graves como nos imaginábamos, que había gente con problemas de salud que no dejaban de luchar.
Esos héroes de carne y hueso, los sobre humanos, aquéllos que inspiraban a grandes proezas y épicos relatos de gente que era un ejemplo para todos los demás.
Quizá ya ha habido películas que nos muestren cómo un desconocido, un tipo con muy mala suerte y con todos los problemas del mundo, encuentran valor en sí mismos y logran salir adelante. Lance Armstrong y Oscar Pistorius podrían ser esos héroes, esos protagonistas, que a lo largo de la película vemos cómo sobrellevan sus problemas, uno venciendo al cáncer y el otro haber nacido sin sus dos piernas. Historia digna de una gran producción "hollywoodense".
¿Pero hasta dónde podemos llamar a estos personajes héroes? O hasta dónde ese adjetivo, sobrenombre o apodo se les puede adjudicar a estos deportistas. En el futbol vemos apodos como dios a Messi, o fenómeno a Ronaldo, justo al momento en que ellos están en el esplendor de su carrera.
No sólo el mundo del atletismo, sino todo el mundo deportivo, se estremecieron cuando un hombre que había competido en los juegos paralímpicos mandó la iniciativa para poder competir en los juegos olímpicos de Londres 2012, el sudafricano Pistorius, movió fibra sensibles de todo individuo al intentar competir en las olimpiadas de verano. No sólo logró competir, a pesar de su condición paralímpica, sino que calificó para un puesto de medallas y fue un emblema, cuando el estadio olímpico de la capital inglesa se le lanzó a aplausos y muestras de cariño.
Claro que la historia, al igual que la del norteamericano, terminó convirtiéndolo en el chico malo de la cinta, ahora que enfrenta cargos por haber asesinado a su novia. Conforme el juicio ha ido avanzado y ahora sabemos que es culpable, de haberlo hecho. No sólo eso, también cuando su casa fue registrada, se le encontraron drogas y es conocido por ser un obsesivo compulsivo y posesivo por las armas.
Nair, el juez encargado del caso Pistorius, aseguró que habrían hallado productos dopantes en la casa del corredor. "Encontramos cajas de testosterona y jeringuillas", explicó. Una de las teorías que circulan es que el consumo de esta sustancia podría haber disparado la agresividad del atleta
Nos adelantamos a los tiempos, quizá. Buscamos símbolos de motivación sin conocer la historia completa de la persona. Como termina la historia y es esa misma la que debe de entregar los adjetivos y la que debe de calificar a su tiempo a los héroes que sobresalen de los demás.
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