EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Historia inquietante

Addenda

GERMáN FROTO Y MADARIAGA

Recuerdo vagamente haber leído un libro que al mismo tiempo me atrajera y me inquietara. Pero fue hace muchos años. Se trató del: "Retorno de los brujos¨", que en su momento me regaló una buena amiga, de la que no tengo noticias hace muchos años: Rosa Alicia.

Luego hubo por ahí otro que no terminé de leer, escrito por Umberto Ecco: "El péndulo de Foucault", el cual dejé de leer porque me producía pesadillas.

Ahora me encuentro con este otro: "Muchas vidas, muchos maestros", de Brian Weiss, que a un mismo tiempo me atrae e inquieta. Lo dejaba y volvía a él, pues me atraía como un imán.

Enterarme de que la vida no acaba nunca y se renueva constantemente, así como que puedes reencarnar, cientos de veces, me resultaba inquietante.

César Ernesto, quien me regaló este libro, puso en la dedicatoria: "Seguro de que podrás encontrar información valiosa que nos ayuda a cambiar nuestra percepción de la vida y liberarnos de esas ataduras que el mundo occidental se ha encargado de poner a nuestras eternas almas… Y que no dejan a nuestra conciencia crecer".

En este estudio psiquiátrico se revelan verdades sobre el más allá y el porqué no debemos temer a lo que venga.

Pienso que este libro, me gustaría leerlo, una vez más, si supiera cuándo voy a morir. Porque le perderíamos el miedo a ese trance.

Si logramos liberarnos del temor, sería la mayor de nuestras armas.

Igualmente, los ángeles existen, tanto como espíritus, como personas. Si nunca dejáramos de creer en ellos nuestras vidas serían más placenteras y seguras. Perderíamos el miedo a muchas cosas, porque sabríamos que ellos nos cuidan.

"Paciencia y tiempo… todo llega a su debido tiempo", dice Weiss. "Si la gente supiera que la vida es infinita. Que jamás moriremos; que nunca nacimos en realidad".

Que hemos vivido muchas vidas y regresamos cuando nos ha faltado algo por aprender. Que si en otra vida tuvimos muchos hijos, es posible que en otras no los tengamos o que si no supimos amar, podremos volver para aprender a hacerlo.

La codicia y el ansia de poder pierden todo sentido cuando se conoce el verdadero valor de la vida.

Hay grandes lecciones que podemos aprender de este libro, pero por momentos causa miedo, enterarse de cómo la protagonista, viaja a través de esas vidas lo mismo a revoluciones que al viejo Egipto.

No sabría si agradecerle a César Ernesto, por haberme puesto en las manos este libro. O reclamarle por las muchas inquietudes que ha sembrado en mí con su lectura.

Sé que él lo hizo con la mejor de las intenciones, pero debo admitir que a ratos me inquietaba bastante.

Creemos en el más allá, pero de una manera distinta, porque nos enseñan que nos enfrentaremos a un juicio final, del que puede derivar un premio o un castigo.

Esa concepción no me agrada, porque me provoca la idea de un Dios vengador y no uno de amor y comprensión de todas nuestras debilidades.

¿Será que como no creo en la justicia ciega, sino aquella que con los ojos abiertos ve todas las iniquidades humanas, me resisto a esas ideas del Dios justiciero y cruel? Creo en el Dios del amor y la bondad.

Somos personas de perjuicios, porque así nos han enseñado a andar por el mundo, pero creo que muchas vidas se han arruinado por juzgar apresuradamente.

A veces juzgamos por la facha, otras por las primeras palabras, pero pocas veces nos damos la oportunidad de conocer a la gente y luego hacernos un juicio de ellas.

"El miedo es un derroche de energía; impide a las personas cumplir con aquello para lo cual fueron enviados''.

Siempre he dicho que el miedo paraliza y nos impide hacer aquello que queremos.

Mientras más pronto nos liberemos del miedo, más rápido accederemos a le felicidad permanente.

Llegué tarde a este libro, porque soy poco afecto a los de superación personal y lo había catalogado mal. Ahora sé que tengo que abrirme más a otras lecturas, pues me pueden dejar muchas cosas buenas.

Por otra parte tengo aún algunas lecturas pendientes que estoy seguro me dejarán también lecciones importantes.

Ya habrá oportunidad de compartirlas también con los lectores de estas líneas semanales.

Por lo pronto recomiendo la lectura de este libro, como una forma de aprendizaje sobre las vidas que podemos vivir o que hemos vivido en el pasado.

Sólo las vivencias y las lecciones que de ellas aprendemos, nos ayudan a ser mejores cada día.

Por lo demás: "Hasta que nos volvamos a encontrar que Dios te guarde en la palma de Su mano".

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 896412

elsiglo.mx