Recital. En el concierto el flautista mexicano interpretó piezas de Bach y Vivaldi que de los Beatles.
El flautista Horacio Franco, que se define como mexicano y "ciudadano del mundo", reivindicó una música sin limitaciones de fronteras o de siglos en un concierto en la Sala de Música de la Ciudad Prohibida de Beijing en la que combinó el barroco de Vivaldi y Bach con el pop de los Beatles.
"La música no hay que entenderla. O se siente o no se siente", afirmó Franco, al recordar que es un "lenguaje universal, lo traemos desde que estamos en la matriz" .
"Es un lenguaje muy ancestral, que hace que finalmente no tenga limitaciones", pues a través del oído "tu sensibilidad es la que decide si existe afinidad, si te dice algo o no te dice nada" , explica el flautista.
Como ejemplo, cita la Ópera de Beijing, que ha podido escuchar en México: "Me parece que cantan de manera a veces muy artificial y no entiendo ni jota de lo que dicen, pero me llama mucho la atención la manera en la que expresan los sentimientos, que son los mismos que tenemos tú y yo: amor, odio, ira, rencor, religiosidad, concupiscencia... Pero lo expresan de manera diferente".
Así, él busca trascender los encasillamientos y explorar todas las posibilidades que ofrece su instrumento, mediante un repertorio que incluye a los Beatles de Liverpool, al alemán Johannes Bach o al italiano Antonio Vivaldi.
Y también abarca la música clásica de todas las épocas, incluyendo la colonial latinoamericana, la música tradicional y la música popular, no sólo de Occidente.