Al margen de sus graves faltantes de reservas en materia de sus seguros de enfermedades y maternidad y atención médica para jubilados, el Instituto Mexicano del Seguro Social enfrenta un colosal pasivo laboral en dos puntos: el organismo como tal y su filial IMSS Oportunidades.
El primero se calcula en 1.9 billones de pesos, equivalente al 12.5% del Producto Interno Bruto. El segundo en 43 mil 500 millones, con el agravante de que no se encuentra fondeado.
En paralelo, la instancia tripartita carga con una serie de pasivos contingentes litigiosos, en un escenario en que enfrenta 240 mil 352 juicios, de los cuales el 86.6% son de carácter laboral.
De perder la mayoría de éstos, enfrentaría la posibilidad de erogar 26 mil 43 millones de pesos.
Desde otro ángulo, las 136 tiendas al público con que cuenta, de las que tradicionalmente se tenía alguna ganancia, operan con pérdidas. El quebranto crece en proporción directa a la caída de clientes.
Se diría, pues, que el organismo con 70 años de presencia en el país no sólo enfrenta riesgos ante su propio ejercicio, la incidencia de enfermedades crónico-degenerativas; el aumento en la esperanza de vida… sino en el entorno de su actividad.
Aunque la reforma del 2005 que modificó el Régimen de Jubilaciones y Pensiones, separando a los trabajadores de nuevo ingreso a los activos, representó un respiro para el organismo, en el esquema quedaron 261 mil 900, cuyas antigüedades oscilan entre 17.20 y 20.44 años, y cuyas edades promedian 46 años.
De acuerdo al Informe al Ejecutivo Federal y al Congreso de la Unión sobre la Situación Financiera y los Riesgos del Instituto Mexicano del Seguro Social, el mayor número de jubilaciones llegará en el 2021, iniciándose una curva que se agotará en el 2075. El número de sus propios trabajadores jubilados que tiene en este momento el Seguro Social alcanza 231 mil 748.El problema es que al 31 de diciembre del año pasado el saldo de la subcuenta uno del Fondo Laboral ascendía a dos mil 322 millones de pesos, tras habersele extraído 17 mil 250 millones.
Como usted sabe, de acuerdo al Régimen de Jubilaciones y Pensiones, los trabajadores contratados antes del 2005 se jubilan a los 27 años de servicios las mujeres y a los 28 los hombres, sin establecerse edad mínima. El monto de la pensión equivale al último salario.
Su aportación al fondo, que hasta el 2008 era de uno por ciento sobre el salario-base de cotización, fue creciendo hasta llegar al siete a partir de octubre del 2011.
Bajo el esquema vigente desde el 2005, las mujeres están en opción de jubilarse a los 34 años de laborar, y los hombres a los 35. La edad mínima de retiro es de 60 años.
El monto equivale al promedio de ingresos de los últimos cinco años.
La aportación de los trabajadores alcanza de entrada el cuatro por ciento del salario-base de cotización, para llegar al 10 a partir de octubre del 2011.
Bajo un plano menos asfixiante, el Seguro Social arrastra también un faltante de reservas para hacer frente a las solicitudes de jubilación de sus trabajadores en IMSS Oportunidades.
El problema alcanza a 15 mil 578 empleados con antigüedad promedio de 15.9 años y con salario-base promedio de 14 mil 482 pesos mensuales.En el alud de problemas del IMSS están, decíamos, una catarata de juicios de todo tipo: laborales, fiscales, administrativos…
De los 208 mil 67 de carácter laboral, el 54.4 por ciento, es decir 123 mil 617, planteaban un pasivo contingente que se estima en 22 mil 789 millones de pesos.
Y aunque la posibilidad de tiendas, primero sólo para derechohabientes y luego para el público en general, no se planteó como negocio, éstas se están convirtiendo en un fardo para el organismo.
Estamos hablando de 136 establecimientos distribuidos en las 35 delegaciones del Seguro Social en el territorio nacional. El problema es que la clientela ha disminuido. El año pasado, aunque llegaron a las tiendas 4.8 millones de consumidores, la cifra fue 17.4 por ciento menor a la registrada en el 2011.
Peor aún, el número de clientes representó apenas la tercera parte de los registrados en el 2002, alcanzándose entonces 12.4 millones.
La razón la explica el desabasto de productos líderes ante la problemática financiera del Instituto, y la insuficiencia en la rotación de los equipos punto de venta, además del cierre provisional de algunas tiendas.
Se diría que se está preparando su venta.
El IMSS a fuego cruzado.
BALANCE GENERAL Planteada por la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA), se acaba de presentar ante la Procuraduría General de la República una nueva demanda contra el expresidente de Mexicana de Aviación, Gastón Azcárraga Andrade.
De acuerdo a ésta, el accionista mayoritario de los hoteles Posadas tomó decisiones que colocaron a la línea aérea en un escenario de quiebra… en su propio beneficio.
De entrada, se desincorporaron parte de los activos de la base de mantenimiento de la empresa denominada MRO, lo que provocó que le cobrara más caro los servicios a la línea aérea. Más allá, el exdueño de Mexicana contrató varios créditos, en especial el que le otorgó el Bancomext, sin que quedará claro cuál fue el destino de los recursos.La querella plantea que se indaguen las operaciones realizadas durante la gestión del empresario, entre ellas la venta de empresas subsidiadiarias como Aerovías Caribe, que opera como "Click Mexicana"; el centro de Capacitación Alas de América, firma concentrada en el desarrollo y formación profesional de los trabajadores de Mexicana, y la firma inmobiliaria Aeropuertos y Terrenos.
Más allá, se vendió la empresa nacional de mercadeo que vendería y distribuiría sistemas de reservación a los potenciales suscriptores.
El precio pagado por ésta fue simbólico: 298 millones 657 mil pesos, en proporción al debilitamiento creado a la línea aérea.La empresa tuvo que cambiar su sistema de reservaciones.Y no le seguimos por falta de espacio.
Se diría, pues, que Azcárraga Andrade secó o si le parece ordeñó, a la empresa a su beneficio, antes de que se vendiera al fondo Advent en un precio simbólico de mil pesos.
URBI YA CASI
En la sorpresa de la temporada, la desarrolladora de vivienda Urbi logró la aceptación del 90 por ciento de sus acreedores en un convenio que los comprometió a no tomar acciones legales contra ésta en un lapso de 45 días.
El pacto de espera fue aceptado, entre otros, por los bancos Bancomer, Santander, Banorte, HSBC, además de las Sociedad Hipotecaria Federal y Nacional Financiera.
La deuda total de la firma asciende a 20 mil 112 millones de pesos, encontrándose más de la mitad justo en instituciones bancarias. El resto corresponde a sus emisiones de deuda.
En el lapso la empresa debe dar a conocer un plan de reestructura de sus adeudos. El esquema lo diseñan las firmas Rothschild y Álvarez & Marsal.
