Sara ha pasado gran parte de su vida explotada y en prisión.
El gobernador de California, Jerry Brown, otorgó clemencia a una mujer que fue explotada sexualmente desde los once años de edad, mató a su explotador a los 17 años y fue condenada a cadena perpetua en 1994. Sara Kruzan consiguió la libertad más de 18 años después de matar al hombre que abusó de ella desde que tenía once años y a los 13 la obligó a prostituirse. Cuando era niña, las autoridades separaron a Sara de su madre porque ésta abusaba emocionalmente de la menor, pero Kruzan terminó después al cuidado de su explotador.