El Senado de Estados Unidos comenzó ayer la discusión de la reforma migratoria y la iniciativa pasó su primera prueba al ser rechazadas dos enmiendas para modificarla.
Los 18 miembros del Comité Judicial del Senado consideraron ayer varias enmiendas a la iniciativa, que en su mayoría no modifican el sentido original para legalizar a más de 11 millones de inmigrantes indocumentados, la mayoría de origen mexicano.
Pero la discusión más intensa se dio al debatir una enmienda para postergar la legalización hasta después de que el gobierno de Estados Unidos logre un control total de la frontera con México para impedir cruces ilegales.
La mayoría del partido demócrata y dos senadores republicanos rechazaron la enmienda con el argumento de que es imposible reclamar el control total de la frontera. Sin embargo, la iniciativa condiciona la legalización a que el gobierno tome medidas para endurecer la seguridad fronteriza.