Inversión en petróleo

El Instituto Mexicano para la Competitividad A.C., señala que México podría crecer cuando menos un 1.7 por ciento adicional en caso de que se apruebe una reforma energética realmente de fondo. La cifra no es pequeña y se añadiría al crecimiento que actualmente está teniendo la economía nacional, cercana al 3 por ciento. El impulso crearía decenas de miles de empleos.

Sin embargo, para ello, es necesario que el cambio a la ley sea realmente profundo. Reformas como la de 2008 de Felipe Calderón, son demasiado tímidas para promover un verdadero interés de los inversionistas privados, los cuales tienen otras opciones, por ejemplo en los Estados Unidos. Por eso hay cientos de pozos de exploración y producción en la Unión Americana y en el norte del Golfo de México y apenas un puñado en tierras o mares mexicanos. Esto explica también por qué la producción de petróleo crudo tuvo su mayor aumento en la historia en 2012 en Estados Unidos, pero en cambio en nuestro país ha declinado desde 2004. La ecuación es muy sencilla: a menor inversión, menor producción.

¿Podría Pemex hacer la inversión que se requiere si la Secretaría de Hacienda dejara de saquearla? Ayudaría, pero no sería suficiente. Pemex gana dinero en petróleo crudo, 94 mil millones de pesos en 2012, pero pierde en refinación (102 mil millones) y en petroquímica (11 mil millones). En 2012 pagó 902 mil millones de pesos en impuestos y derechos, esto es, 55 por ciento del billón 647 mil millones de pesos de sus ventas.

Pemex no invierte poco. En 2012 utilizó 310 mil millones de pesos, equivalentes a 23,900 millones de dólares, para este propósito. Sin embargo, esto no ha sido suficiente para revertir la declinación en la producción. Parte del problema es la ineficiencia de la empresa, que tiene cuando menos tres veces el personal que necesita y cuyo sindicato obstaculiza de manera sistemática las medidas de incremento de productividad.

En la actualidad, ante los costos y complejidad tecnológica, ya no es común que las empresas traten de llevar a cabo todas las actividades en la industria petrolera. Es muy común que dos o tres firmas compartan riesgos y tecnologías en proyectos de exploración y producción. El primer gran hallazgo de un yacimiento de aguas profundas en el Golfo de México, por ejemplo, lo hizo un consorcio que incluía a Petrobras de Brasil, Eni de Italia y ExxonMobil de Estados Unidos.

Si Hacienda deja de cobrar impuestos tan altos a Pemex, la paraestatal podría incrementar su inversión, pero aun así sería conveniente que lo hiciera en coinversión y en aquellos proyectos para los que tiene la tecnología adecuada. Los negocios de refinación de gasolina y de producción de petroquímicos, en que pierde dinero porque los márgenes son muy pequeños, debe dejarlos a empresas privadas que operan con menores costos. La inversión privada debe también entrar en la producción de gas de lutitas, transporte y la renovación de los pozos viejos que se extienden por la costa del Golfo y que pueden ser nuevamente productivos pero no a través de una empresa tan grande e ineficiente como Pemex.

La industria petrolera es tan importante y tiene tantas vertientes que hay suficiente espacio para invertir todo lo que pueda Pemex y mucho más. A los mexicanos nos conviene incrementar la producción de crudo, gasolina, gas y petroquímicos. El actual sistema no lo permite.

Twitter: @sergiosarmient4